Cada vez son más débiles las esperanzas de que una película de M. Night Shyamalan nos devuelvan al gran cineasta que brilló con luz propia en sus tres primeros filmes y por desgracia la cinta que nos ocupa no hace sino confirmar la mediocridad en que ha caído el otrora famoso director. El volver a la gastadísima fórmula del 'found footage' tampoco ayuda precisamente. Y gastados son también la cámara en mano y los planos subjetivos. Trsitemente, no hay aquí encuadres imaginativos, innovaciones visuales o momentos que nos dejen sin aliento como en los tres filmes mencionados. Dejando de lado la realización, tampoco ayuda el paupérrimo nivel interpretativo de klos adolescentes protagonistas ni un guión, mezcla de comedia y thriller, que no funciona en ningún momento. La confirmación definitiva de que M. Night Shyamalan ha muerto en lo que al cine se refiere. |