Reconozco que no soy fan de ninguno de los ¿actores? protagonistas pero incluso sus más acérrimos defensores deberían de huir de uno de los más lamentables desastres de los últimos años. El sentido del humor brilla por su ausencia y hay momentos en los que uno no puede evitar sentir vergüenza ajena ante lo que está viendo. Un guión que sobre el papel tenía ciertas posibilidades - el choque entre dos realidades distintas - está tan pasado de rosca que no tiene puñetera gracia. Engendros como este son los que fomentan los prejuicios hacia el cine patrio: a buen seguro no pasará de la semana en cartelera. |