Unas misteriosas esquelas llegan a manos de una joven periodista. Siempre sin firmar. Siempre dedicadas a una tal Lucía. En ellas, se adivina una historia de amor, amistad y traición que sucedió en las viñas de Jerez durante el verano de 1958. Un amor inmortal cuyos protagonistas, a pesar de que han pasado cuarenta años, no quieren olvidar. Hay momentos que duran toda una vida.
Una narrativa sencilla, clara y que persigue la fácil compresión de los hechos y personajes, a pesar de su entrelazado de tiempos (...) Bien ambientada y con una atractiva construcción de los personajes
No existiría sin sus estrellas protagonistas (...) Javier Rey, Blanca Suárez y Pablo Molinero (...) Todo tiene que ocurrir además en un paraje inolvidable (...) Un cine formulaico… que, por eso, funciona.
Una muestra visual inequívoca y preciosa de que el film trata del poder del relato y la necesidad de escribirlo (o filmarlo) para que se mantenga vivo.