Melville Farr (Dirk Bogarde) es un prestigioso abogado inglés felizmente casado con Laura (Sylvia Syms). Sin embargo, detrás de su apariencia conservadora se esconde un homosexual que busca escarceos con jovencitos, a pesar de que le había prometido a su mujer que esa etapa de su vida ya estaba clausurada. Ambientada en una época en la que la homosexualidad era todavía considerada un delito que podía implicar penas de cárcel.
El mero hecho de que la homosexualidad como condición se presente con honestidad y sin sentimientos, teniendo en cuenta el dilema y el pathos, hace de ésta una película extraordinaria.