Sam es un deficiente mental al que el Estado considera incapaz de hacerse cargo de la educación de su hija. Queriendo conservar su custodia, Sam contará con la ayuda de una prestigiosa abogada cuya apatía y frialdad inicial darán paso a la admiración al conocer al personaje y su determinación por defender sus derechos de padre.
Sean Penn lo hace tan bien como cabría esperarse, pero es penoso ver a un actor de su energía y alcance, encerrado en un rango tan estrecho de respuestas emocionales e intelectuales
No es una mala película, y sus intenciones son intachables. Pero su sentimentalismo es tan incesante y su historia tan predecible que carece prácticamente de vida
Artificiosa, manipuladora y desvergonzadamente sentimental, es notable por la valiente capacidad de Sean Penn, que ofrece una interpretación sentida e intensa