Germán Areta, unex policía convertido en detective privado, recibe el encargo de encontrar a la hija de un poderoso terrateniente de León. En su búsqueda, el detective descubrirá a través del novio de la chica que ésta huyó de casa al quedarse embarazada y después de que su padre tratara de obligarla a abortar. A partir de entonces el investigador se verá presionado para que abandone el caso, si bien él proseguirá tercamente sus pesquisas.
La controlada interpretación de Alfredo Landa en la piel del detective Ramón Areta y el eficaz manejo de tópicos del guión se combinaron en uno de los grandes éxitos del cine español de los 80.
Es una de las películas más logradas de José Luis Garci (...) es un filme brillante y memorable, un camino que debería recorrer más veces el cine nacional.