La obsesión de Edgar Degas por alcanzar la perfección lo llevó a ocultar durante su vida incontables dibujos y esculturas que nunca consideró acabados. Ahora, gracias a la colección del Museo Fitzwilliam de Cambridge, es posible adentrarse en la mente de este artista, quien adquirió fama por la delicadeza de sus trazos, por la luz etérea que envolvía sus personajes y por la elegancia de sus bailarinas. La exhibición presenta al público una nueva perspectiva de la obra del maestro del impresionismo francés, revelando sus piezas maestras desconocidas. |