El padre Sebastián es nombrado como el nuevo ayudante del padre Damián, el párroco del pueblo. A pesar de que al principio no es muy bien recibido por la gente de San Jerónimo el Alto, poco a poco se va ganando sus corazones. Para lograr ayudar a la comunidad, el padre Sebas juega a los dados con el boticario del pueblo y consigue el material para la escuela, evita injusticias como el bautizar a un recién nacido con el nombre de Nepomuceno, argumenta a una pareja de novios que prendan a ganarse la vida antes de casarse, baila al ritmo del repicar de las campanas, organiza festividades, torea.... Todo con el buen humos característico de Cantinflas
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