En la Extremadura de 1910, el cacique Jarrapellejos domina plenamente la localidad de La Joya, haciendo y deshaciendo a su voluntad. Cierto día, una joven, de la cual Jarrapellejos estaba platónicamente enamorado, aparece violada y asesinada, al igual que la madre de ésta. A su pesar, el cacique se ve obligado a encubrir a los autores del crimen, pues son su propio sobrino y un aristócrata amigo de ambos.
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