¿De qué trata?Osgood Perkins ha construido su reputación en el cine de terror con obras atmosféricas e inquietantes como The Blackcoat’s Daughter, Gretel & Hansel y la más reciente Longlegs. Sin embargo, con The Monkey, su adaptación del relato corto de Stephen King, el director demuestra una nueva faceta: un festín de violencia exagerada y humor negro que desmantela las convenciones del terror psicológico para explorar la inevitable herencia del trauma.
La película sigue a los gemelos Hal y Bill (Christian Convery), quienes en 1999 descubren un macabro mono de juguete entre las pertenencias de su padre ausente. Pronto se dan cuenta de que cada vez que el autómata deja de golpear su tambor, alguien cercano muere en circunstancias extrañas. Intentan deshacerse de él arrojándolo a un pozo, pero 25 años después, Hal (Theo James), convertido en un padre distante de su hijo Petey (Colin O’Brien), se enfrenta nuevamente a una ola de muertes cuando su hermano reaparece con la intención de destruir el juguete de una vez por todas.

Lo que diferencia a The Monkey de otras adaptaciones de King es su tono irreverente. En lugar de la solemnidad esperada en una historia de horror sobre el destino y la maldición familiar, Perkins opta por una comedia macabra que recuerda más a Evil Dead que a Destino Final. Desde la primera escena, la película deja claro que su violencia será tan absurda como impactante, con cuerpos explotando en una orgía de sangre y desmembramientos que resultan más cómicos que perturbadores. A través de esta catarata de caos, Perkins ridiculiza la obsesión del cine contemporáneo con el trauma y la necesidad de encontrarle sentido a lo inexplicable.

A nivel narrativo, The Monkey juega con la idea de la paternidad y la transmisión del sufrimiento entre generaciones. La relación de Hal con Petey refleja su propio miedo de repetir los errores de su padre, mientras que el juguete maldito opera como una metáfora de los rasgos negativos que los progenitores legan a sus hijos. En este sentido, la película no se limita a ser un espectáculo gore, sino que también ofrece una reflexión mordaz sobre la herencia emocional y la inevitabilidad de ciertos patrones de conducta.
Los personajes, exagerados a propósito, encajan perfectamente en el tono de la película. Rohan Campbell destaca con un look extravagante que lo hace parecer una versión desaliñada de Joey Ramone, mientras que Theo James entrega una actuación dual que permite a Perkins explorar su relación con su propio hermano, el músico Elvis Perkins. Tatiana Maslany, en el papel de Lois, la madre de los gemelos, aporta un nihilismo delicioso con frases como: "Todo sucede por una razón… o nada lo hace".

Personajes

Hal
Theo James
Hal, ahora adulto, se enfrenta a las consecuencias de un objeto maldito y a los traumas familiares que ha heredado.
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Lois
Tatiana Maslany
Lois Shelburn es la madre de los gemelos Hal y Bill. Lois es un personaje complejo y multifacético con una actitud nihilista y una visión pragmática de la vida y la muerte
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Young Hal
Christian Convery
Hal y su hermano Bill (interpretado por Christian Convery en su versión joven) descubren un mono de juguete maldito en el ático de su casa, lo que desencadena una serie de muertes misteriosas en su entorno.
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Petey
Colin O'Brien
El hijo adolescente de Hal.
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DirecciónA pesar de su humor, The Monkey no deja de ser una película profundamente personal para Oz Perkins. Su cine ha girado en torno a la muerte y el trauma, temas que lo han marcado desde la infancia debido a la trágica historia de su familia. En lugar de exorcizar estos demonios con solemnidad, Perkins los enfrenta con una risa sardónica, como si finalmente hubiera aceptado que algunos dolores nunca desaparecen, solo se transforman. ¿Merece la pena verla?Si bien la película puede desconcertar a quienes esperaban una experiencia de horror tradicional, The Monkey marca un punto de inflexión tanto para Perkins como para las adaptaciones de King. Su audaz combinación de humor negro y carnicería lo posiciona como una obra única dentro del género, desafiando las convenciones y ofreciendo una perspectiva fresca sobre el legado del maestro del terror. Quizás no revolucione el cine de horror, pero sin duda deja una huella imborrable con su desquiciada celebración de la muerte y el destino. ¿Dónde se rodó?La película The Monkey se rodó en Vancouver, Canadá, entre el 5 de febrero y el 22 de marzo de 2024. PresupuestoEl presupuesto de la película The Monkey se estima entre 10 y 11 millones de dólares. CuriosidadesSegún el director, la decisión de que el mono golpeara un tambor en lugar de platillos se debió a que los derechos de la versión que golpeaba platillos pertenecían a The Walt Disney Company, ya que el juguete había aparecido como personaje en Toy Story 3. Lo cual es irónico, porque el mono de platillos estuvo en Toy Story 3 en primer lugar porque su director Lee Unkrich es fan de Stephen King. NotaNotable
7
Su audaz combinación de horror y comedia negra. Osgood Perkins se aleja de la solemnidad habitual en las adaptaciones de Stephen King para ofrecer un espectáculo de violencia exagerada, casi caricaturesca, que recuerda a Evil Dead. Los momentos de gore extremo no solo impactan, sino que generan risas por lo absurdos que resultan.
Además, la película destaca por su exploración de la paternidad y la herencia del trauma. En lugar de simplemente presentar un juguete maldito que mata personas, Perkins convierte la maldición en una metáfora sobre los patrones de conducta y las emociones negativas que los padres transmiten a sus hijos.
El elenco también es un punto fuerte: Theo James brilla en un papel dual, y Tatiana Maslany ofrece un toque de nihilismo delicioso con su personaje Lois, cuya actitud resignada y frases sarcásticas le dan profundidad a la historia.
La falta de un equilibrio sólido entre el humor oscuro y los momentos más emocionales. La película oscila constantemente entre el absurdo de las muertes violentas y momentos de introspección profunda, lo que puede hacer que la experiencia resulte algo desconcertante. En ocasiones, las transiciones abruptas de tono pueden sacudir al espectador, dejándolo con una sensación de desconcierto o frustración.
Si bien los personajes están diseñados para ser arquetípicos y ligeramente exagerados, no profundizan en las complejidades emocionales que la película pretende explorar. Esto puede hacer que ciertos momentos de introspección o conflicto personal se sientan menos impactantes de lo que podrían haber sido.
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