¿De qué trata?En una época donde los asesinos a sueldo parecen haberse convertido en el nuevo cliché del cine de acción, Fight or Flight lleva la premisa a niveles absurdamente entretenidos: un avión transcontinental repleto de asesinos, una misión imposible y un protagonista que no está ni remotamente en forma para cumplirla. Así se presenta la ópera prima del director James Madigan, una comedia de acción salvajemente excesiva que combina coreografías brutales, humor negro y una avalancha de armas improvisadas, desde hebillas de cinturón hasta una muy oportuna motosierra.
Josh Hartnett, en pleno renacimiento actoral tras Oppenheimer y La trampa, interpreta a Lucas Reyes, un exagente del gobierno venido a menos, exiliado en Tailandia y envuelto en una espiral de alcoholismo y autodesprecio. Su rutina autodestructiva da un giro cuando su antigua jefa (y ex amante), Katherine Brunt (una Katee Sackhoff deliciosamente exagerada), le ofrece una salida: identificar y capturar a “El Fantasma”, un temido ciberterrorista que viaja incógnito en un vuelo de Bangkok a San Francisco. La recompensa: redención, una nueva identidad y la oportunidad de salir de la lista de personas no gratas para volar.

Pero lo que parecía una operación encubierta termina convirtiéndose en un carnaval de sangre cuando Reyes descubre que no es el único detrás del Fantasma: el avión está lleno de asesinos de todos los estilos, nacionalidades y métodos, dispuestos a eliminar a cualquiera que se interponga. Lo que sigue es un festival de combates cuerpo a cuerpo en cada rincón del avión, desde baños de lujo hasta la bodega de carga, con Reyes improvisando armas con vasos rotos, espitas de riego y hasta botellas de licor.
El guion, firmado por Brooks McLaren y D.J. Cotrona, se entrega al absurdo con gusto, insertando diálogos memorables como el ya célebre “You can’t pickle a pickle” mientras el protagonista pelea completamente drogado con veneno de sapo o se recupera de un sedante bebiendo jabón líquido. Todo esto mientras los pilotos del avión, conscientes del caos, sueñan con ser tratados como héroes a lo Sully si logran aterrizar sin desintegrarse.

Reyes no está solo en su lucha: se une a una intrépida azafata (Charithra Chandran, muy lejos de su papel en Los Bridgerton) y a un asistente de vuelo visiblemente superado por la situación (Danny Ashok). Juntos forman un trío tan disparejo como efectivo, sumando aliados y enfrentándose a una colección de villanos que parecen salidos de una convención de asesinos con problemas de manejo de la ira.
Fight or Flight no pretende ser coherente, ni mucho menos realista. Su propuesta es clara: ofrecer una montaña rusa de acción y carcajadas, con litros de sangre y cero respeto por las leyes de la física o las normas de seguridad aeroportuaria. Y en ese sentido, cumple con creces.
Pero lo que verdaderamente eleva esta locura aerotransportada es Josh Hartnett, quien abraza el delirio con entusiasmo contagioso. Su entrega física, su disposición a convertirse en el chiste de cada escena y su evidente disfrute hacen de su actuación el corazón palpitante de una película que, sin él, probablemente se derrumbaría bajo el peso de su propio exceso. Personajes

Katherine Brunt
Katee Sackhoff
Exjefa y examante de Lucas Reyes. Es la agente que lo recluta para capturar al terrorista conocido como "The Ghost".
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Lucas Reyes
Josh Hartnett
Un exagente caído en desgracia que es reclutado para capturar a un cyberterrorista durante un caótico vuelo lleno de asesinos.
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Aaron Hunter
Julian Kostov
Un agente impetuoso de la compañía Blue Hype que supervisa la misión desde tierra y complica las cosas con su actitud arrogante.
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Isha
Charithra Chandran
Una azafata de vuelo que se convierte en una aliada inesperada del protagonista.
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DirecciónJames Madigan, veterano como director de segunda unidad en superproducciones como Transformers: El despertar de las bestias, saca partido de cada centímetro del avión, ofreciendo un espectáculo visual caótico pero bien orquestado, en el que la lógica se sacrifica en favor de la diversión pura. La violencia es tan caricaturesca como brutal, al punto que por momentos el filme parece una mezcla entre Looney Tunes y John Wick en altamar, con Reyes recibiendo golpes que desafían toda anatomía... y levantándose cada vez con más cinismo.

¿Merece la pena verla?Fight or Flight es cine de acción sin frenos, para quienes disfrutan del caos, del humor negro y de ver a un antihéroe borracho repartiendo golpes con una sonrisa torcida. No tiene sentido —y ese es precisamente su mayor mérito. ¿Dónde se rodó?La película se rodó casi en su totalidad en Hungría, aprovechando su infraestructura cinematográfica moderna y los atractivos incentivos fiscales.
Las secuencias emblemáticas de acción dentro del avión, así como escenas en pista y terminales, se grabaron en el Aeropuerto Internacional Budapest Ferenc Liszt (BUD), aprovechando la ambientación realista del aeropuerto.
Para complementar las escenas de exterior y ambientación, se usaron paisajes campestres y zonas urbanas de Budapest. PresupuestoAunque no existan cifras oficiales, todo apunta a un presupuesto modesto, de tipo bajo, aproximadamente 10–15 millones de dólares. CuriosidadesSegún una entrevista con Hartnett, Fight or Flight es "de la misma compañía que hizo John Wick". NotaNotable
7
Josh Hartnett en estado de gracia: su energía física, carisma y disposición a abrazar lo absurdo sostienen la película y resultan altamente efectivos.
Acción loca y coreografiada: los combates dentro del avión son frenéticos y creativos, aprovechando objetos insólitos (motosierra, vino, chalecos, etc.)
Humor negro y tono autoparódico: con frases ingeniosas como “You can’t pickle a pickle” y situaciones delirantes (risas con alucinógenos y golpes exagerados), la película es una fuente de risas constante.
Guion flojo y falta de peso emocional: falta una motivación clara para conectar con los personajes y se toma su tiempo en presentar las apuestas narrativas.
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