¿De qué trata?Después de casi tres décadas, ocho películas y una colección interminable de acrobacias imposibles, la saga Misión: Imposible llega a lo que parece su desenlace definitivo con Sentencia final, una despedida a lo grande que celebra, recuerda y, sobre todo, glorifica a su estrella central: Tom Cruise. Más que una película de espías, esta última entrega es un homenaje grandilocuente a un actor que se niega a ceder ante el paso del tiempo y que, en su cruzada por "salvar al cine", se ha convertido en su propio género cinematográfico.
Desde 1996, cuando Cruise asumió por primera vez el papel de Ethan Hunt, la franquicia ha sido un laboratorio de adrenalina pura: persecuciones interminables, traiciones entre sombras, gadgets imposibles, máscaras que se arrancan con estilo y escenas de acción tan vertiginosas que desafían tanto a la lógica como a la física. Y en el centro de todo, Cruise, un héroe de carne, hueso y seguro médico carísimo, que ha arriesgado su vida (literalmente) para hacernos creer que lo imposible es posible.

Misión: Imposible - Sentencia final toma esa energía y la eleva a niveles casi operísticos. Desde el primer montaje que recapitula villanos, aliados, romances y misiones pasadas, queda claro que esta película no solo pretende cerrar una historia, sino rendir tributo a toda una era del blockbuster. Es un film que mira hacia atrás sin perder de vista su propósito inmediato: salvar al mundo, otra vez.
La amenaza ahora es La Entidad, una inteligencia artificial con ambiciones apocalípticas que ya ha hundido un submarino ruso, infiltrado la red global y seducido a una secta de fanáticos dispuestos a hacer su voluntad. Su objetivo es desatar un nuevo orden mundial desde un servidor indestructible en el fondo del mar. La misión de Hunt: recuperar una clave, encontrar el código fuente, detener a Gabriel —el emisario humano del apocalipsis digital— y mantener el poder fuera del alcance de gobiernos y corporaciones.
Aunque la trama parece salida de un manual de teorías conspirativas cibernéticas, lo importante aquí no es la lógica narrativa, sino la coreografía con la que se ejecutan los planes. Al estilo de los mejores filmes de McQuarrie, el suspense reside en cómo cada eslabón del plan se despliega, fracasa, se reconfigura y, finalmente, triunfa de forma espectacular, aunque no siempre comprensible. Las reglas se exponen con detalle solo para romperse cuando la tensión lo requiere.

Y en medio del caos, Cruise. A sus 62 años, sigue arrojándose de acantilados, colgando de aviones biplanos y sumergiéndose en profundidades mortales sin pestañear. Su actuación va más allá del diálogo: actúa con el cuerpo entero, convirtiendo cada salto, cada carrera sin fin, cada puñetazo, en una declaración de principios. Más que interpretar a Ethan Hunt, Cruise es Ethan Hunt: el último héroe físico de una era digital.
La película no escatima en guiños nostálgicos ni en reencuentros con viejos personajes. Luther y Benji siguen siendo los aliados de siempre, aunque este último ha perdido parte de su chispa humorística. Grace (Haley Atwell) y Paris (Pom Klementieff), introducidas con fuerza en la entrega anterior, tienen aquí roles más funcionales. La presencia de actores como Esai Morales como el villano Gabriel, y cameos que conectan con la Misión: Imposible original de 1995, refuerzan ese aire de testamento cinematográfico.

Sin embargo, no todo es celebración. La película arrastra algunos de los problemas que han afectado a la franquicia en sus últimas entregas: una escala tan descomunal que por momentos roza lo absurdo, una amenaza que parece diseñada por comité, y un tono que a veces se toma demasiado en serio a sí mismo. Hay momentos en que se aproxima peligrosamente al exceso de la saga Fast & Furious, perdiendo el equilibrio entre el espectáculo y la emoción.
Aun así, Misión: Imposible - Sentencia final cumple su promesa. No solo entrega acción descomunal y nostalgia bien medida, sino que reafirma que Cruise sigue siendo una fuerza imparable del cine popular. Puede que no haya otra estrella como él en el horizonte, al menos no en la era de los algoritmos y las franquicias clónicas. Si esta es de verdad su despedida como Ethan Hunt, se va con la frente en alto, después de una última misión cumplida con estilo, vértigo y devoción.
Porque, en última instancia, Misión: Imposible nunca fue solo sobre espías, tecnología o salvar al mundo. Fue sobre ver hasta dónde puede llegar un hombre —literalmente, volando— para recordarnos por qué amamos ir al cine. Personajes

La viuda Blanca
Vanessa Kirby
Una sofisticada y enigmática traficante de armas internacionales. Hija de Max Mitsopolis, la icónica antagonista de la primera entrega de la saga
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Ethan Hunt
Tom Cruise
Hunt lidera a su equipo en una carrera contrarreloj para detener a una inteligencia artificial conocida como "The Entity", que amenaza con desencadenar un apocalipsis nuclear.
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Grace
Hayley Atwell
Grace es una ladrona y carterista profesional que se ve envuelta en la aventura de Ethan Hunt tras robar una de las llaves de la Entidad. Tras su primera aventura con Ethan, Grace se convirtió en agente oficial del FMI y continúa ayudando al equipo a desmantelar la Entidad.
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Gabriel
Esai Morales
Un peligroso asesino que está vinculado al pasado de Ethan Hunt y trabaja para La Entidad.
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DirecciónChristopher McQuarrie, director de Mission: Impossible – The Final Reckoning, ha consolidado su papel como arquitecto clave en la evolución de la franquicia. Desde su incorporación con Rogue Nation (2015), McQuarrie ha dirigido cuatro entregas consecutivas, incluyendo Fallout (2018) y Dead Reckoning Part One (2023), aportando una visión coherente y distintiva al universo de Ethan Hunt.
En Sentencia final, McQuarrie busca cerrar la saga con una mezcla de espectacularidad y reflexión. La película presenta secuencias de acción impresionantes, como una persecución aérea en biplanos y una inmersión en un submarino hundido, que destacan por su realismo y tensión. ¿Merece la pena verla?Un espectáculo visual y físico único, una celebración de una era del cine de acción que parece estar llegando a su fin, protagonizado por un Tom Cruise en plena forma y entregado al máximo. ¿Dónde se rodó?La producción abarcó cinco países, destacando paisajes naturales y entornos urbanos emblemáticos.
- Reino Unido: Se utilizaron los estudios Longcross, ubicados en Surrey, así como el pintoresco Lake District y el histórico Dockyard Chatham en Kent, donde se filmaron escenas de mercado.
- Noruega: Las regiones de Aurland y el archipiélago de Svalbard sirvieron como telón de fondo para escenas ambientadas en entornos árticos, incluyendo la secuencia del submarino hundido.
- Sudáfrica: Las espectaculares escenas aéreas, como la persecución en biplanos, se filmaron sobre el Blyde River Canyon, proporcionando un paisaje impresionante para las secuencias de acción.
- Italia: La región de Apulia fue utilizada para escenas a bordo del portaaviones USS George H.W. Bush, con la ciudad de Bari sirviendo como base logística durante el rodaje.
- Malta: Algunas escenas adicionales se rodaron en Malta, aprovechando sus paisajes únicos y arquitectura distintiva.
PresupuestoEl presupuesto estimado de Misión: Imposible - Sentencia final se sitúa entre 300 y 400 millones de dólares, lo que la convierte en una de las producciones más costosas de la historia del cine. Este elevado coste se atribuye a diversos factores, incluyendo múltiples locaciones internacionales, secuencias de acción prácticas de gran escala y retrasos en la producción debido a la pandemia y huelgas en Hollywood. Curiosidades
- Se estrenará antes del 63.º cumpleaños de Tom Cruise. Tenía 33 años cuando se estrenó la primera película en 1996.
- Tom Cruise y Ving Rhames son los únicos actores que aparecen en las ocho películas.
NotaNotable
8
Las impresionantes escenas de acción prácticas y los riesgos que Tom Cruise se atreve a asumir personalmente. Desde una vertiginosa persecución en biplanos hasta inmersiones profundas en submarinos y peleas cuerpo a cuerpo, la película eleva el listón en cuanto a adrenalina y realismo.
La trama puede resultar confusa y excesivamente enrevesada, especialmente por la complejidad del “heist” y las múltiples variables que no siempre encajan de manera lógica.
Algunos personajes secundarios, como Haley Atwell y Pom Klementieff, quedan relegados a un papel más secundario y funcional, perdiendo parte del carisma y dinamismo que tenían en entregas anteriores.
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