¿De qué trata?Jon M. Chu cierra con notable dignidad la adaptación cinematográfica en dos partes del icónico musical de Broadway, aunque no alcanza las cotas de emoción ni la frescura del primer filme. Si la entrega inicial era un estallido de color, vitalidad y canciones memorables que terminaba en el éxtasis de “Defying Gravity”, esta segunda parte abraza deliberadamente un tono más oscuro, más político y más amargo, convirtiéndose en una tragedia adulta sobre el poder, la propaganda y las consecuencias irreversibles de las elecciones morales.

No es tan divertida ni tan ligera como su predecesora —y eso es precisamente su virtud y su limitación—. Chu, con su habitual maestría visual, transforma Oz en un lugar opresivo donde la propaganda sustituye a la magia y la amistad se resquebraja bajo el peso del miedo y la ambición. El resultado es un cierre poderoso, emocionalmente devastador y visualmente deslumbrante que, aunque peca de cierta irregularidad en el ritmo y de canciones menos pegadizas, justifica plenamente la decisión de dividir la historia en dos películas y deja al espectador con el corazón en un puño.

Personajes
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Elphaba
Cynthia Erivo
Erivo entrega aquí su interpretación definitiva: una Elphaba radicalizada, rota y, aun así, inquebrantablemente fiel a sus principios. Su voz adquiere una dimensión casi operática en “No Good Deed” y en el nuevo tema “No Place Like Home”, donde convierte el dolor en un grito político que pone los pelos de punta. Es el alma absoluta de la película.
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Glinda
Ariana Grande
Grande profundiza en la ambigüedad de Glinda: ya no es solo la chica superficial y encantadora, sino la cara bonita de un régimen autoritario. Su comicidad sigue siendo impecable (sus peleas físicas y sus lágrimas perfectamente calculadas son oro), pero ahora añade capas de culpa y de impotencia que la hacen mucho más humana y conmovedora.
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The Wonderful Wizard of Oz
Jeff Goldblum
Goldblum se roba cada escena con su carisma excéntrico y su cinismo disfrazado de bonhomía. Convierte al Mago en un maestro de la manipulación mediática, un villano deliciosamente humano que parece estar actuando siempre en su propia comedia privada.
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Madame Morrible
Michelle Yeoh
Yeoh eleva a la directora de Shiz a la categoría de villana de primer nivel: una mujer elegante, maternal en apariencia y absolutamente implacable en su lealtad al régimen. Su presencia es gélida y magnética; cada sonrisa parece calculada para congelar la sangre. En la segunda parte, cuando revela toda su crueldad y ambición política, Yeoh la interpreta con una contención aterradora que la convierte en la mano ejecutora perfecta del Mago y en uno de los antagonistas más memorables del filme.
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DirecciónJon M. Chu demuestra una vez más que es uno de los grandes directores de musicales de la actualidad. Después de la explosión de alegría y color de la primera parte, aquí abraza sin miedo el giro trágico del material original y convierte Oz en un estado totalitario donde la propaganda sustituye a la magia. Su cámara se mueve con inteligencia: planos secuencia sobrecogedores, tomas estáticas que dejan respirar la emoción y una puesta en escena que hace tangible el peso de la opresión. Sabe cuándo ser maximalista (la secuencia de la burbuja de Glinda) y cuándo contenerse para que duelan las miradas y los silencios.

Quizá la película dure demasiado y algunos números nuevos ralenticen el ritmo, pero eso es culpa del guion más que de la dirección. Chu respeta profundamente el musical de Broadway al tiempo que lo hace cine puro: expande, reordena y emociona como pocos directores actuales saben hacer con un musical. ¿Merece la pena verla?Wicked Parte II es de esas raras secuelas que no solo cierran una historia, sino que la elevan a otro nivel: ofrece un espectáculo visual abrumador diseñado para pantallas gigantes, dos interpretaciones (Erivo y Grande) que justifican por sí solas el precio de la entrada y un final tan devastador y catártico que te hará salir del cine con el corazón en la garganta y debatiendo durante horas. ¿Dónde se rodó?Prácticamente toda la película se rodó en Inglaterra. El epicentro fue el flamante Sky Studios Elstree (Borehamwood, Hertfordshire), donde se construyeron platós gigantescos para la Ciudad Esmeralda, el castillo de Kiamo Ko y los interiores de Shiz. Parte del overflow se hizo en los históricos Warner Bros. Studios Leavesden (el “hogar” de Harry Potter).
En exteriores destacan: los campos de tulipas reales en Norfolk, los acantilados y el río Cuckmere en Seven Sisters Country Park (East Sussex) para las vías acuáticas de Oz, y grandes sets construidos en terrenos agrícolas de Ivinghoe (Buckinghamshire) que recrearon Munchkinland y la Universidad de Shiz. Todo ello con una mínima intervención de CGI verde: la mayoría de los paisajes y estructuras son reales o prácticos. PresupuestoLa producción de ambas películas juntas rondó los 300 millones de dólares (aproximadamente 150 millones por entrega, sin contar marketing). Wicked: For Good heredó muchos decorados y vestuario de la primera parte (rodadas consecutivamente), lo que ayudó a contener costes. Curiosidades
- Cynthia Erivo realizó ella misma casi todos los vuelos en cables y trucos con la escoba, incluso cantando en directo mientras colgaba a varios metros de altura.
- Nessarose está interpretada por primera vez en la historia de Wicked por una actriz en silla de ruedas real, Marissa Bode.
- El nombre “Elphaba” proviene de las iniciales del autor de Oz, L. Frank Baum: L-F-B → El-pha-ba.
- El vestido negro de Elphaba está inspirado en texturas y patrones de hongos y setas (sí, hongos), con capas ocultas de encaje púrpura que solo se aprecian en close-up.
- El tren que lleva a las chicas a la Ciudad Esmeralda es real: pesa 16 toneladas y tardaron dos días en moverlo de sitio.
- El caballo que monta Jonathan Bailey es el mismo que usó en Bridgerton.
NotaNotable
7
- Las interpretaciones de Erivo y Grande, especialmente en sus momentos de confrontación emocional.
- La dirección visual de Chu: Oz como estado policial nunca había sido tan inquietante y hermoso a la vez.
- Los nuevos temas y regrabaciones que profundizan la politización de la historia (especialmente “No Place Like Home”).
- Los giros trágicos y las revelaciones sobre los orígenes del Hombre de Hojalata y el Espantapájaros, tratados con un toque de body-horror deliciosamente perturbador.
- El final: devastador, fiel al espíritu del musical y, aun así, sorprendentemente esperanzador.
- El ritmo se resiente en el segundo acto con algunos números musicales nuevos que frenan la acción.
- El tono mucho más sombrío y adulto puede decepcionar a quien esperaba otra explosión de alegría pop.
- Ciertas subtramas (Nessarose, Boq) se sienten apresuradas para llegar al enfrentamiento con Dorothy.
- La omnipresencia de la propaganda y la crueldad hacia los animales puede resultar excesivamente dura para los espectadores más jóvenes.
- Menos “bangers” memorables que en la primera parte; se echa en falta un tema del calibre de “Defying Gravity”.
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