La despedida de Daniel Craig como agente 007 ha resultado incómoda e interminable para el actor de 53 años, que desde el momento en que fue elegido para suceder a Pierce Brosnan, nunca ha terminado de encajar o resultar elegante en su personaje. Su aspecto era demasiado rudo y su pelo demasiado rubio. Pese a los indicios que había en sus declaraciones recientes de que se había cansado del personaje, Craig aceptó hacer 'Sin tiempo para morir' a cambio de ser co-productor del filme.
La permanencia de Bond en el papel ha sido la más larga de la saga - algo a lo que también ha contribuido la pandemia -. Pero los años no perdonan y su físico ya no es el mismo de antaño, algo que quedó demostrado cuando se lesionó en el tobillo durante el rodaje y se vió obligado a pasar por el quirófano. A ello había que sumarle unas arrugas que empezaban a resultar evidentes en los primeros planos.
Su atractivo doble de acción, el actor francés Jean-Charles Rousseau, notablemente más joven que él, atraía más miradas en el rodaje que el propio Craig. Rousseau se quejó de que el actor delegaba cada vez más en él para grabar escenas que no tenían ninguna dificultad, algo que acabó agotando su paciencia.
El doble se quejó además de que Craig nunca hubiera tenido ningún detalle con él, algo poco sorprendente para los miembros del equipo de rodaje ya que la fama de tacaño de Craig empieza a ser conocida en toda la industria. Las comparaciones con otras estrellas de su edad y caché como Tom Cruise o Keanu Reeves, quien regaló un rolex exclusivo y personalizado a cada uno de sus cuatro dobles de acción de la saga John Wick, son especialmente odiosas teniendo en cuenta que Craig es desde hace muchos años la imagen publicitaria de Rolex.
La fama de tacaño de Craig no alcanza solo a sus compañeros de rodaje: el actor anunció en agosto de 2021 que no dejaría nada en herencia a sus hijas, Ella, de 29 años, nacida de su relación con Fiona Loudon, y una niña, de dos años, fruto de su matrimonio con Rachel Weisz, pese a tener una fortuna estimada en 136 millones de euros. "Me la gastaré o la regalaré", llegó a afirmar.
Otro actor de la saga Bond cuya tacañería llegó a ser legendaria fue Sean Connery. El artista escocés, que sin duda hizo honor a sus raíces, llegó a protagonizar anécdotas tan curiosas como aquella en la que quiso compensar a un chófer con una propina de apenas cinco dólares tras darle un larguísimo paseo de ocho horas por Nueva York. "Le dije a Bond que podía quedarse con sus cinco pavos", llegó a comentar jocosamente el afectado.
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