Fue muchas cosas para muchas personas, un apuesto rey guerrero lleno de ambición encabezando su pequeño ejército contra las gigantescas fuerzas persas, un hijo que buscaba desesperadamente la aprobación de su severo padre. Un conquistador despiadado que nunca perdió ninguna batalla y empujó a sus soldados a los confines del mundo conocido... un visionario cuyos sueños, hazañas y destino dejaron huella a lo largo de la historia, ayudando a dar forma a nuestro mundo actual. Fue todo eso y más. Fue Alejandro Magno.
No se va a filmar nunca más una película así, y volver a verla es una experiencia notable: hoy, quince años después, parece más original que cuando su estreno.
Supera en ambición y profundidad a las epopeyas de actualidad en Hollywood como 'Troya' y 'El Rey Arturo' (...) Lo mejor: la complicada relación entre Alejandro y sus padres
Es ambiciosa y sincera, pero falla en centrarse en su historia. (...) Angelina Jolie, que interpreta a la madre Olympias, parece extrañamente erotizada por la presencia de su hijo. (...) El film no se siente a gusto consigo mismo. Dice demasiado, y aún así deja mucho por decir.