Críticas de la prensa de AMANTE POR UN DÍA

Todo el universo de Garrel, cineasta del que se pueden discutir cosas, pero que es único en el cine contemporáneo, está presente en esta película preciosa. (...) es en el fondo muy lúcida y, sobre todo, esperanzada.

Una obra magnética (...) El más sensible de los cineastas franceses condensa sus estilemas, obsesiones y mujeres en vuelo en una de sus mejores fábulas emocionales.

Para garrelianos convencidos y garrelianos por convencer. Lo mejor: Esther, en un film a su medida. (...) Garrel, profundamente ignorado por estos lares, es uno de los grandes.

'Lover for a Day' es otro estudio anecdótico denso de la infidelidad romántica

Es un delicado ejercicio de cine en el que la textura del blanco y negro se confunde con la temperatura de la piel, con la calidez dolorosa de un primer plano que, en verdad, es herida.

[Garrel] se acerca a las distintas relaciones que se van estableciendo entre estos tres personajes (...) con una ligereza seductora para una tragicomedia llena de enredos

Aunque no es tan sólida como los otros dos títulos de la trilogía (...) es, de todas formas, una obra menor fascinante de Garrel 

Una tragicomedia romántica atractiva y elaborada con mucha elegancia — aunque bastante predecible 

A pesar de los detalles y de la energía fresca que aportan las actrices (...) Esta es la misma película de 'Amor: ni puedo vivir con él, ni sin él' que el director lleva haciendo una década 

Las imágenes en blanco y negro son inusualmente flojas, igual que las actuaciones; el guion (...) parece hecho con piezas prefabricadas y está sin desarrollar. La película es metódicamente sexual pero emocionalmente distante 

[Dejé] que la cruda fotografía en blanco y negro me absorbiera 

Sabe lo que está haciendo y lo hace bien (...) Hay maravillosas florituras francesas prototípicas repartidas por todo el metraje 

Un estudio nada enfático, ni pretencioso sobre afectos paternofiliales e inesperadas complicidades femeninas, sobre las diferentes temperaturas del amor y la fidelidad en un grupo humano 

Con su habitual talento para emplear una fotografía en blanco y negro, que resalta las zonas oscuras de la personalidad de sus protagonistas, Philippe Garrel, regresa a su tema preferido: el amor y su ausencia. 

Garrel es un estilista en el sentido de que filma pulcro, permite a sus actores elaborar las escenas de adentro hacia afuera y la mayoría de las veces las secuencias, cuando llegan a su desenlace, suelen sorprender al espectador. 

El cine de Garrel discurre sobre sentimientos y pasiones de hombres y mujeres que se aman, se desean y se mienten con no pocas verdades, (...) el cine y el amor -o, mejor dicho, el amor en el cine y el amor desde el cine- soplan donde quieren. 

En el nuevo film de Garrel hay una precisión, una capacidad de síntesis y una limpieza de ejecución que hablan de un cineasta en plena forma, relajado tanto en su relación con los personajes como con los actores. 

En apenas 75 minutos, el gran realizador francés de 'Los amantes regulares' entrega otra pequeña gran joya sobre las dificultades de las relaciones románticas. 

Aunque no sea particularmente moderna o enfocada, la nueva cinta de Philippe Garrel ofrece algunos momentos visionarios. 

Se consuma en una serie de súbitas intensidades llenas de humorística melancolía jamás bufonesca y con secuencias tan inesperadas cuan inolvidables. 

Además de la habilidad narrativa y del estilo precioso, la atención del espectador queda prendida de los diálogos cálidos y las actuaciones formidables. 

El blanco y negro y las impecables actuaciones arman un relato cálido y certero, que es tan dulce como amargo. Como un pedazo de vida. 

Gracias a su fotografía, humor, humanidad y sus diálogos profundos, el resultado nos recuerda la época gloriosa del cine francés. 

Una narradora intrusiva, una horrorosa música de piano y un pusilánime protagonista masculino, y el filme queda reducido a un hermoso capricho, como el instinto de la sensual devoradora que lo protagoniza. 

Se trata de una pieza de cine íntima, minimalista y discreta, que con su economía de recursos tiene la capacidad de sugerir todo un universo de ideas y emociones en torno al amor. 

Es una película nuevaolera (por el lado de Eric Rohmer) y de una austeridad y un origen que el blanco y negro no hace más que remarcar. 

La labor del elenco se inserta en ese cierto distanciamiento con que el film mira a sus personajes, unificando propósito del guión con interpretaciones. 

No diremos que es la octava maravilla como proclaman los fanáticos de Garrel, pero se pasa el rato, las chicas son fotogénicas, y el conjunto es bastante llevadero y tiene cierta gracia elegante y ligera.