Por un lado, la película presenta actuaciones sólidas, especialmente la de Renate Reinsve como Elisabeth. La premisa es intrigante, pero en ciertos momentos la narrativa se siente un poco dispersa y algunas escenas parecen alargarse innecesariamente. Además, la ausencia de los niños en pantalla limita la perspectiva del espectador sobre el conflicto central. A pesar de estos detalles, es una película que invita a la reflexión y merece ser vista. |