Parece que los hermanos Philippou han decidido redoblar todas las cosas que pensé que funcionaban peor en su película anterior y se han olvidado de ofrecer cualquiera de las cosas que me hicieron emocionarme por ver lo que hacían a continuación. Hawkins consigue poner un acento australiano convincente, pero por desgracia la fotografía es increíblemente amateur y no se puede disfrutar de esta película tan desoladora. A menudo disfruto con películas muy sombrías, pero ésta no me ha enganchado ni me ha cautivado en absoluto. |