Cuando la corredora sudafricana Caster Semenya, de 18 años, irrumpió en el escenario mundial en 2009, su campeonato no fue celebrado, sino empañado por las dudas, y su historial médico personal se filtró a los medios internacionales. Dado que los niveles naturalmente altos de andrógenos de algunas mujeres se consideran una ventaja de rendimiento, la Federación Internacional de Atletismo Amateur (ahora World Athletics) dictaminó que para poder competir, estas atletas deben alterar médicamente sus cuerpos sanos. Categoría: Mujer se centra en cuatro atletas del Sur Global que se ven obligados a dejar de competir debido a estas regulaciones. El escrutinio público y la vigilancia de sus cuerpos plantea cuestiones de racismo, sexismo y negación de su derecho humano fundamental: quiénes son. Siguiendo con su premiada película Toxic Beauty, Phyllis Ellis expone una industria controlada por hombres que ponen en riesgo la vida de las mujeres, mientras que esta vigilancia constante de los cuerpos de las mujeres en el deporte permanece, de una manera más nefasta, bajo la apariencia de juego limpio.
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