Críticas de la prensa de CINCUENTA SOMBRAS MÁS OSCURAS

Sólo Donald Trump tiene menos vergüenza cuando se trata de presumir todo el tiempo de riqueza y mal gusto

Dejará satisfechos a los lectores de la saga erótica, pero confundidos al resto de la audiencia por su incredulidad.

En lo referente a la trama, la película está totalmente deshilachada y las escenas de sexo, que son bastante gráficas a veces, van siempre acompañadas de música rock empalagosa

Aparte de menos oscuridad, también tiene menos intriga, y menos argumento, que su predecesora (...) habría que protestar contra ella por soporífera.

Cincuenta sombras más estúpidas sería más apropiado. La única convicción que Johnson y Dornan aportan a sus papeles viene de su mutua incomodidad.

La película parece una colaboración innecesaria entre Hallmark y los canales de Playboy. 

Tan sosa como la primera entrega. 

Carece del sorprendente descaro femenino de su predecesora, pero a nivel superficial es un éxito. (...) A pesar de sus deficiencias estructurales y psicológicas, es difícil no disfrutar 'Fifty Shades Darker' como un placer limitado. 

Es un bufet de estupidez, donde sus placeres bobalicones no se distinguen de sus muchos momentos extrañamente melodramáticos. 

[Tiene] desde problemas de continuidad hasta fragmentos de guion sorprendentemente irrisorios, y también cambios abruptos de tono, giros sin salida e interpretaciones planas, incluída la de la Sra. Johnson. 

Más (o menos) de lo mismo (...) La película es de bajo contenido calórico: calienta menos que un fósforo en la Antártida. 

Sin conflicto a la vista, poblada por personajes más insípidos que una hostia, dueña de una serie de diálogos imposibles y de una misoginia galopante, (...) sigue habiendo más erotismo en las rayas azules del viejo Venus codificado que en esta saga. 

El arranque (...) es divertido (...) Pasados esos primeros minutos todo se torna solemne y monocorde hasta lo irritante. (...) lo peor no es su superficialidad y previsibilidad sino que carece de erotismo. El pecado principal para un producto que se vende desde la audacia y la provocación. 

Filme aburrido y sin alma. La sombra oscura de lo que una película debe ser. 

Adolece en su desarrollo, todo se torna previsible y la oscuridad prometida jamás llega a culminar, pese a todo esto, (...) el target es específico. La cinta que las mujeres agradecen y los hombres adolecen. 

Con escenas de suspenso que se acaban casi antes de terminar, esta entrega da bandazos de ciego entre el drama y el thriller y acaba en una amalgama absurda y soporífera, con cero erotismo, menos romance. 

Un manual del perfecto desastre narrativo. En este uso del cine, todo sobra: las villanas (...) aparecen y desaparecen en pocos segundos. Foley sabe que son meras excusas para una historia que apenas existe. 

Es, en definitiva, un juego de encastre que no va a funcionar pero en el que uno se empecina, tratando de al menos entender por qué es que no funciona. 

Una segunda cita aceptable (...) La película mejora la propuesta erótica de su trama, en un mundo poco creíble 

Lo de “más oscuras” quizás sea porque hay dos o tres escenas nocturnas más que en la primera. Con la que comparte la misma tara: el material de base es pésimo y hay que hacer milagros para levantar el muerto.  

Un churro caro e inútil. 

Por momentos, la realización logra parecerse a algunos instantes de 'Ojos bien cerrados'. En el film de Kubrick, Eros era una presencia dramáticamente necesaria. En, en esta oscura (en todo aspecto) película, no va más allá de un gancho publicitario que no es más que eso. 

Las 50 sombras son ahora más oscuras, y aburridas