Me sentí súper identificado con David y su familia, porque siempre encuentran la forma de adaptarse a lo que él puede hacer y se enfocan en hacer que funcione. En la vida, todos vamos a nuestro propio ritmo. Componiendo nuestra propia sinfonía.
La dirección de Ernesto González Díaz, muy natural y elegante. Y esa escena culminante extendida con el concierto, enorme y estremecedora. Gran cinta. <3 |