Memphis, 1993. Tres niños de 8 años son brutalmente asesinados. Las autoridades locales, sometidas a una gran presión, aceptan una serie de pruebas circunstanciales para acusar a tres chicos con estilo gótico que tontean con el satanismo. Pero la madre de una de las víctimas y un apasionado investigador que trabaja para la defensa, consideran que ellos no son los verdaderos culpables de los crímenes.
Mientras Egoyan y Co. son dignos de elogio por hacer un trabajo digno y con tacto con un material que podría haber servido para una película de terror macabro, el resultado termina siendo una propuesta pesada y llana.