The Sparrow in the Chimney

Aunque la película tiene momentos de belleza y visuales impactantes, a menudo se siente vacía y manipuladora. El director parece más interesado en crear imágenes impactantes para generar debate que en construir una historia con sustancia. La crueldad y la falta de empatía de los personajes hacia los demás y hacia los animales se sienten gratuitas y, al final, resultan perturbadoras por las razones equivocadas. La ambición formal no logra ocultar la sensación de artificio.

La película de Ramon Zürcher es un retrato meticuloso de las dinámicas familiares tóxicas. Utiliza un estilo visual rígido y una atmósfera calculada para crear una tensión palpable que a menudo es más perturbadora que cualquier terror explícito. La forma en que las emociones reprimidas estallan de la manera más cruel y sutil es brillante. Sin embargo, puede ser una experiencia incómoda y densa para algunos espectadores.

The Sparrow in the Chimney destaca por su audacia artística y sus imágenes surrealistas y a veces chocantes. La narrativa se aleja de la fórmula tradicional para sumergirse en un drama psicológico que se siente como un sueño febril. La cámara, que al principio es estática, se vuelve fluida conforme la protagonista se desestabiliza, lo que refleja una maestría formal. Es una película que exige mucho de su público, pero recompensa con una catarsis artística y un debate asegurado.