Durante el carnaval de 1913, un hombre es asesinado a puñaladas en el confesionario de la catedral de Maguncia: Ferdinand Dörfler era hijo ilegítimo del empresario Panezza, que nunca se confesó. Clemente, el hermano de Fernando, es acusado de fratricidio por su propia madre. La joven Viola, que había llegado a Maguncia desde Italia, hace una confesión: amaba a Fernando y había sido abandonada por él. Lolfo, que era incondicionalmente devoto de ella, persiguió a Fernando y lo mató. Lolfo se suicida.
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