Cuando tenía trece años, Marcello Clerici le disparó a Lino, un adulto homosexual que intentó seducirlo. Años más tarde, Clerici es un ciudadano respetable, profesor de filosofía y va a casarse con Giulia. Pero ideológicamente Clerici es fascista, tiene contactos con el servicio secreto y se muestra dispuesto a combinar su luna de miel en París con un atentado contra un exiliado político italiano que había sido profesor suyo.
Obra maestra (...) Pocas películas (...) describen de forma tan precisa la culpa de una país (Italia) y un continente (Europa) incapaz de reponerse a cada una de sus miserias, sus complicidades, sus fascismos
Se mantiene como una película fresca, debido a la manera ejemplar en que fue rodada por Bertolucci, sin ninguna coerción más que la libertad expresiva de un ideario ético alucinante y de otro ideario estético avasallador.