Críticas de la prensa de EL VIENTO SE LEVANTA

Como el maestro que es, Miyazaki no utiliza trazos de más, no recarga las tintas donde no debe y mantiene como norte la belleza, (...) su última película es una obra maestra compleja en ideas y límpida en forma.

Es una gran historia, y en este hito de película Miyazaki cumple cada demanda. Siéntate y observa.

Si este es el adiós de Miyazaki, es un buen adiós.

El maestro Miyazaki se despide del cine por todo lo alto

Jiro es un ingeniero serio y un romántico, no un soldado. Y 'The Wind Rises' transmite la poesía visual a la que hace referencia su título.

Es una película monumental y deslumbrante (...) Bella y escrita con mimo (...) regala una inolvidable historia de amor

'Se levanta el viento' es un largometraje de contrastes: ya que retrata momentos terribles con imágenes hermosas, que nos llevan a pensar si ha existido alguien que haya llevado el lenguaje de la animación a tales niveles expresivos.

Su 'look' es asombroso, pero no logra hacer frente bien a la política de su tema. (...) Naturalmente la animación es un placer para la vista (...) pero la película es demasiado controlada, le falta garra

Un testamento en el que uno echa en falta un corazón dramático menos confuso (...) Miyazaki no se atreve a preservar el recuerdo de la destrucción colectiva y lo disuelve en el dolor personal [del protagonista]

Miyazaki, que es a la vez artista e ingeniero, ha vivido su década dorada por tercera vez, y sin embargo, continúa dejándonos atónitos. 

Puede que no sea la película más accesible del director, pero es una de sus más fascinantes y seductoras 

Drama histórico de una belleza inquietante (...) Miyazaki está en la cima de su arte visual, alternando exuberantes paisajes rurales de colores vivos, con épicos lienzos urbanos superpoblados. 

Una película sobre el preludio a la guerra y la belleza de volar, cuyos superlativos efectos visuales remarcan cuán maravillosa es la vida. 

El señor Miyazaki provee la vida y los sueños de Jiro de una elegancia lírica y una dolorida angustia. 

Si Miyazaki finalmente no se retira, le costará superar este maravilloso, encantador biopic (...) La perseverancia y la fuerza de sus personajes, su amor por la humanidad, se sienten como un oasis en un desierto de cinismo. 

Tiene momentos estéticamente deslumbrantes (...) Y un tono tan romántico como veraz (...) Miyazaki habla de las pasiones de este hombre singular con imágenes muy hermosas, pero dilata innecesariamente el metraje. 

Sin poseer la lírica desatada y cautiva de sus mejores trabajos, la película se ofrece sin embargo como un perfecto, agónico y doloroso resumen de, quizá, una vida entera entregada a hacer desaparecer la pantalla de los cines; a empapar la realidad con el veneno del deseo. 

Quizá sea la más contenida y antiespectacular de las películas [de Miyazaki] (...) El director logra hacer palpable lo invisible (...) un hondo melodrama de la resignación 

'Se levanta el viento' es, a la vez, sutil e imponente. Plantea encrucijadas de emociones y conflictos a pleno sin necesidad de diálogos didácticos, y su relato refleja ese espíritu superior de los grandes artistas. 

Tal vez la anunciada por el propio realizador como su despedida del cine animado, sea su obra menos fantasiosa. Lo que siempre logra Hayao Miyazaki va más allá de sus trazos reconocibles y su animación. 

La película surge como un canto de amor y un homenaje al mundo de la aviación. Pero es también el retrato de una vida en tiempos turbulentos y una suerte de “despedida” de un modo de concebir el cine. 

Vehículo perfecto para dar cuenta de su mirada sobre el arte, en donde inevitablemente conviven y se retro alimentan la fascinación por la fragilidad de la belleza y el pacifismo. 

Para su “despedida” Hayao Miyazaki nos regala otra obra maestra, probablemente la más redonda y que habla de la madurez que ha alcanzado. 

Una pieza invaluable que pasará a la historia como un trabajo entrañable e invaluable. 

Proclama desde su epígrafe, motivo recurrente en la cinta, un mensaje optimista en medio de la tragedia íntima (....) es difícil un logro más emotivo y redondo. 

Confía en la finura del trazo del gran dibujante Miyazuki (...) para hacer eficaz su invitación a dejar volar la imaginación en un bio-pic. 

Una despedida muy personal, cuyo potencial hace lamentar su anunciado retiro. 

Más realista que la mayoría de sus otros filmes, menos orientado a un público infantil(...), es una suerte de épica de los sueños nacionales de un imperio que pronto iban a caer con una fuerza. 

Sensible combinación de biopic y melodrama.