Ese mismo loco afán

Dos actores amigos, Cristóbal y Leo, realizan giras. En una de ellas conocen a Mario con quién llegan a un pueblo a representar una obra que aún no han escrito, y se involucran en los problemas políticos del mismo. Un empresario todopoderoso, Gutiérrez, quiere desalojar un Parque Municipal para hacer en él un Barrio Privado. El comisario, a punto de jubilarse, participa en el proyecto porque no quiere una vejez pobre, pero duda. Leo y el comisario desarrollan una corriente de simpatía por ser ambos hinchas de Témperley. Benito, un viejo violinista que duerme en la comisaría, quiere que el comisario abandone los negocios con el empresario y revele cosas que lo mandarán a la cárcel. Un incidente que tienen los actores en un cabaret, propiedad del Gutiérrez, obliga a Leo a jugar en una final de fútbol con el pueblo vecino, sumamente importante para las ambiciones del empresario. Mario y luego Cristóbal sienten la necesidad de ser files a sus ideales e irse y arruinar las aspiraciones del empresario.