Críticas de la prensa de GERMANIA, ANNO ZERO (ALEMANIA, AÑO CERO)

Las grabaciones documentales de un Berlín diezmado son todavía enormemente poderosas

Finalmente el director consiguió drenar su plantilla sentimentalista de la 'vida real'

El maestro Rossellini crea una película terrible, virulenta, amarga y a la par bellísima, reflexión de inaudita dureza sobre los horrores de la guerra. La audacia formal y la perfección estética de las películas de Rossellini nacen de la mirada de un director comprometido moralmente con su trabajo, de un director inigualable

Hay una extraña ausencia de sentimiento genuino (...) Hay mucha desolación en 'Germany Year Zero', [pero] es presentada de una manera extrañamente pasiva. 

Corta y muy pesimista, toca las teclas de la ironía en exceso, pero sigue siendo una película incómoda y poderosa. 

Es tanto un documental como un viaje alucinatorio por una ciudad de la edad de piedra, el ejemplo perfecto de que una película realista también puede contener fantasía. 

Ahora se nos aparece como el primer trabajo maduro de Rossellini, apuntando a sus obras maestras de los años 50 

[Merece] reconocimiento por empatizar con los alemanes corrientes tras la caída del fascismo, así como por capturar las ruinas de un Berlín bombardeado antes de su reconstrucción. 

Rossellini fue uno de los grandes simbolistas que cogieron una cámara (...) La noción que tiene Rossellini del poder físico de las ideas cobra vida con ironía sarcástica 

Es una obra maestra que muestra la destruida Berlín de posguerra desde la mirada de un niño de doce años.