Críticas de la prensa de GETT: EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM

Un par de giros de la trama amenazan con sobrecargar el drama, pero, en general, este divorcio es más apasionante que muchos juicios de asesinato

Una narración muy comprimida y con unas interpretaciones exquisitas sobre dos personas que no deberían estar juntas y que funciona como una saga judicial que, en términos de la historia, dura más que muchos matrimonios.

Lo que hace interesante este film no es solo la denuncia, sino la forma como lo cuenta

El universo exterior no aparece visualmente (...) Esta limitación espacial es un recurso clave para que 'Gett' transmita de forma tan efectiva una sensación creciente de sofoco, inmovilidad y asfixia.

Los Elkabetz logran un apreciable ejercicio de estilo (...) Cine de denuncia algo obvio pero de impecable ejecución.

Cine apasionante de principio a fin. 

Este vacío legal patriarcal se convierte en la fuente de un drama densamente rico, narrado con una rigurosa austeridad pero también con humor y una sensata empatía. 

Los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz llevan su despiadada trilogía sobre la dominación masculina en una familia israelí a una gratificante conclusión con 'Gett, el Juicio de Viviane Amsalem'. 

Interesantísima (...) sobre todo, la película es una reflexión sobre la dignidad y la incomprensión. 

Las actuaciones de 'Gett' son tan contenidas, tan básicas como lo es la puesta en escena en su totalidad. (...) [destaca] Una cámara que no busca lucirse, sino narrar desde los distintos puntos de vista. 

Admirable y rigurosamente escrito y mejor interpretado. (...) Ronit Elkabetz entrega una actuación sencillamente inolvidable. 

Una película local, austera, con un fabuloso manejo de los silencios y las miradas, con la humillación de la mujer como eje sí, pero con la certeza de que todo el mundo es juzgado. ¿Por qué y por quiénes? 

La austeridad estética no es indigencia, sino pura inteligencia. Nada de música y subrayados; ninguna lección de moral para memorizar. Una película justa, simplemente. 

Registra oponiendo los argumentos de ambas partes, con objetividad impecable, respetando la libertad del espectador para extraer sus propias conclusiones. 

Queda como un gran testamento de una mujer inteligente que, a través de esta historia, sólo buscó abrir caminos hacia la igualdad, la comprensión y la tolerancia. 

Un filme completamente árido argumental y visualmente, pero imponente en ese conflicto que va intensificándose y revelador por esa ventana que nos abre a lo más íntimo y complejo de una sociedad. 

La película se filma todo el tiempo en el pequeño salón de audiencias (...), lo que significa un reto fílmico y que supone un permanente desplazamiento de cámara que entregue una variedad de enfoques y planos con el fin de crear y recrear un espacio cinematográfico, lo que hoy en día nunca sucede. 

Contundente, poderosa y efectiva. 

La labor protagónica de la co-realizadora y co-guionista Ronit Elkabetz, adolece de cierta falta de vigor, propio de esa mujer decidida a reclamar su lugar en una sociedad notoriamente discriminatoria en grado superlativo. 

Una obra fuera de lo común, atractiva en más de un sentido.