Críticas de la prensa de GUILLAUME Y LOS CHICOS, ¡A LA MESA!

Va de menos a más. Hasta acabar -en sus últimos diez minutos- en una nota alta y desgarrada. (...) Un drama disfrazado de comedia. Travestido, se podría decir

Es difícil no asombrarse ante el despliegue físico y emocional de este autor total y su descarnado sentido del humor

Insólita e hilarante propuesta, la comedia francesa del año.

Una versión ligera y espectacular de un psicodrama orientado a resolver un Edipo complicado. El giro final confirma el talento del debutante para la impudicia/espectáculo

Una comedia inteligente y personal.

Un desprejuiciado y lúdico ensayo sobre la identidad sexual y los prejuicios sociales que resulta bastante disfrutable.

Haciendo malabarismos con las risas, la compasión y el patetismo todo el rato, Gallienne muestra sus recuerdos más embarazosos para divertirnos (...) Todo está inteligentemente construido. 

Dulce, brillante y descaradamente sentimental en algunas partes, 'Guillaume y los chicos, ¡a la mesa! está llena de encanto. 

Una obra maestra

Divertida y original

Todo se dice, todo se aclara, todo se verbaliza a veces con extensos tartamudeos y el estereotipo es usado como forma de simplificar, como algo prefabricado sin potencial. 

La película nunca abandona el tono de comedia, con implicancias dramáticas o de vodevil, llegado el momento. 

Un humor inteligente y frases para reflexionar aderezan esta cinta que en verdad se queda en el corazón. 

Un manifiesto radical del conservadurismo francés. Su éxito revela la hegemonía de esta tendencia en una Francia similar a la que construyó un imperio después de la Revolución. 

El film de Galliene funciona casi como una autobiografía donde convergen los recuerdos de su infancia y adolescencia. Un artefacto sofisticado y poderoso que no deja de ser popular. 

Se afirma como una deliberadamente boba pieza tragicómica de humor sangriento, aunque con algunos rasgos de ternura o de complaciente complicidad a la defensiva. 

Estructurada de una manera bastante original(...), la película por momentos apuesta a manejar sus temas con delicadeza y elegancia, mientras que en otros se convierte en la más burda y banal de las comedias populares. 

Destacables (...) la eficaz convivencia de teatro y cine, franqueza y engaño, humor y reflexión, ensoñación y realidad (...), y, particularmente, el desenlace.