Críticas de la prensa de HEADHUNTERS

El sexo, la desnudez y la violencia no cesan, pero es lo que convierte a 'Headhunters' en un excitante entretenimiento

El viaje, por lo menos desde el minuto treinta, vale la pena: aunque truculenta y efectista, es trepidante, un juguete competentemente concebido y engrasado. Y los actores están muy bien elegidos.

Intenso thriller noruego que transpone un best seller y que ofrece -con algunos caprichos pero bastantes hallazgos- una visión cínica y desalodora del mundo.

Un hábil thriller sobre el vacío moral. Es más fascinante que emocionante, pero consigue frías sensaciones con sus dos potentes y carismáticas interpretaciones, un gran estilo y sus entretenidos -al tiempo que repulsivos y crueles- giros. (...) Nota.: ★★★★ (sobre cinco)  

El arranque es brillante y cínico (...) Pero hay bajones en el desarrollo de esta interesante historia, promete más de lo que ofrece, la olvidas pronto. 

Deliciosamente astuta (...) Es tramposa para bien, pues el artificio está bien construido (...) seduce por su humor negro, a la vez incómodo y provocativo, y por su contundente representación de la violencia. 

La trama avanza como un cohete, impulsada por unos personajes despreciables estupendamente trazados y un gusto por el giro hiperbólico que la convierten en un disparate francamente divertido 

El noruego Aksel Hennie lleva adelante todo el metraje sin pestañear, un dato no menor. 

El guión, (...) posee todos los buenos aditamentos de ese tipo de thrillers de acción y suspenso que, a la par que entretienen, se condimentan de personajes de extrañas psicologías. 

La necesidad de clausurar cada detalle de la historia hace que el guión gaste todas las ideas, forzando no sólo los límites de la plausibilidad, sino achatando a los personajes, transformándolos en títeres parlantes. 

Un guión eficaz pero con mil vueltas de tuerca. 

Un atrapante relato policial nacida de la inspiración de escritores nórdicos que le dan calor a sus relatos. 

Un thriller de relojería alimentado de vueltas de tuerca nunca excesivas, siempre felices e inteligentes. 

El director Morten Tyldum maneja este ritmo trepidante en un in crescendo perfecto, con un montaje ágil y un protagonista que desde las primeras imágenes se mueve como un felino y talento de prestidigitador.