M. Torreiro (Diario El País) | |
No termina de funcionar (...) Las situaciones del guión caen por su propio peso en el ridículo más espantoso. Que los actores estén fatal, salvo excepciones, o que la película tenga algunos de los diálogos menos inspirados son incluso detalles menores al lado de la inverosimilitud de lo contado: una lástima |
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