Todo empieza cuando el Presidente de Estados Unidos y el Primer Ministro británico deciden iniciar una guerra. Esta vez prometen ser rápidos. Promesa que ni el general estadounidense Miller, ni el Secretario de Estado británico para el desarrollo internacional Simon Foster, creen. Pero, después de que Simon respaldara accidentalmente la acción militar en horario de máxima audiencia en televisión, se gana sin quererlo muchos amigos en Washington DC. |