Críticas de la prensa de ISMAEL

Cine de sentimientos para ver con el corazón abierto. (...) inmesa en los matices Belén Rueda (...) grandes Sergi López y Juan Diego Botto

Una película agradable de ver, con buenos golpes de comedia y ese pulso seguro y elegante que tienen los artesanos que saben cómo contar una historia

Sin que Piñeyro haya perdido su habitual competencia narrativa, parece haber una mayor necesidad de subrayar los estados emocionales (...) esto, que pasaría desapercibido con una trama más movidita, se hace patente por la concentración que tiene esta

La lágrima como fin. (...) un melodrama desbocado (...) mientras el apartado interpretativo siempre hace su trabajo con solvencia (en especial Mario Casas), otros frentes no pueden decir lo mismo 

Una película intimista que apela a la emoción intentando no pisar tierra demasiado abiertamente sensiblera (lo que consigue, en buena medida, gracias a las valiosas escenas que comparten Belén Rueda y Sergi López) 

Con una sobria puesta en escena que elude los golpes bajos y el aporte de sólidas actuaciones, Piñeyro consigue un film honesto y sensible. 

'Ismael' va creciendo a medida de que los personajes dejan de ser rótulos, nombres y empiezan a decir sus verdades. 

La historia de un niño afroespañol, que parte solo en busca de su padre desconocido, está apuntada a derretir corazones, pero el realizador de 'Plata quemada' sofoca todo asomo de sensiblería y golpe bajo. Además, abre el drama a la comedia, la picardía y la tensión erótica. 

Con mucho cálculo y un cuidado extremo porque nada altere la exposición civilizada de los conflictos, que se resuelven de manera amable, en un mismo tono apagado, dando como resultado un film chato, sin demasiada vida. 

Difícil sentir algo por Ismael cuando la banda sonora enfatiza tan exageradamente lo especial que es este niño y su historia. Porque en verdad, no lo es. 

Con un elenco de actores sólidos y el corazón bien puesto, el director construye un melodrama alivianado con trazos de comedia que deja un buen sabor en el paladar, aunque a ratos suba demasiado el nivel de azúcar para apelar a las emociones. 

La trama es sencilla, y la puesta en escena también aparenta sencillez. Pero igual provoca expectativas e inquietudes, entretiene sin pausa, estimula reflexiones y se hace disfrutable a todo lo largo.