Críticas de la prensa de JOJO RABBIT

Tiene una dulzura que es absolutamente extraordinaria (...) Un film especial

Es tierna, atrevida y mordaz. Está calibrada de forma cuidadosa para tener un desarrollo firme y no perder de vista sus ambiciones

'Jojo Rabbit' podría describirse como un llamado a escuchar al otro; quizás incluso a dejar de verlo como “el otro”. La cinta es una petición a desarrollar –aunque sea un poquito–, el pensamiento crítico y el sentido común.

'Jojo Rabbit' tiene una estética que remite al cine de Wes Anderson, pero con mayor contenido y ambiciones. El elenco sostiene incluso las escenas más jugadas.

Waititi consigue equilibrar sus mensajes profundos y sus temas de tal manera que son digeribles para los niños al mismo tiempo que están contados desde su fantástica inocencia

Sabe manejar las tensiones: entre el humor y el llanto, entre la emoción y el sentimentalismo, entre lo atrevido y el mal gusto

Waititi usa la perspectiva de un niño para ofrecer un nuevo punto de vista sobre la locura del nazismo (...) Quizá no sea perfecta, pero es honesta

Hábil película (...) el director (...) parece tener muy claro que su futuro depende de no pasarse de gracioso (...) y de mezclar con pericia lo cuqui y lo bajonero

Logra un difícil equilibrio (casi siempre) entre lo bobo y lo trágico. (...) [Waititi] recurre al humor grueso y a una estética que recuerda a Wes Anderson para hacer que los nazis parezcan bufones

La ames o la odies, la singular visión de Waititi sobre la II Guerra Mundial es un coming-of-age del que es prácticamente imposible olvidarse

Resulta original gracias a su humor bondadoso y a su valentía, a pesar de que no siempre funciona

A veces es algo distante y el guion ocasionalmente no da en el clavo, pero se desarrolla con suficiente ternura para cautivar la mente e interesar al espectador

No tiene el impacto que necesita para funcionar. No es el desastre que podría haber sido, con esos tonos tan diferentes, pero está cerca de ser algo fallido

Alterna momentos delirantes con una narración calculadamente acomodada (...) explora terrenos tan originales como emotivos. (...) oscila entre el control casi exasperante y ese gusto por el absurdo descarnado

Curiosamente, la premisa malabar de la película funciona mejor en su primera parte (...) La irrupción de lo real, en su sentido duro, es decir, de lo siniestro deja poco margen para excesos coloristas

Lo que podría haber sido una película irreverente y provocadora se queda en mero ejercicio de parodia con regusto 'kitsch' (...) por no arriesgar e ir a por todas, resulta demasiado inofensiva y condescendiente.

Es un cuento moral apto para todos los públicos, disfrutable en su alegría, pero tan comedido que empequeñece a la sombra del riesgo de un clásico como 'Ser o no ser'.

En ese tira y afloja entre drama y comedia reside uno de los mayores problemas de la cinta (...) a veces el tránsito de un género a otro chirría en un título muy en la línea de «La vida es bella», aunque más surrealista

En un punto se encuentra en un callejón sin salida y resuelve todo en piloto automático, para lo trágico y para lo tierno. Una película interesante porque, en el fondo, es imposible.

Waititi no parece tener ni idea de lo que hacer con su Hitler imaginario más allá de un repetitivo círculo de idioteces cada vez menos graciosas

Fracasa a la hora de atacar o de demostrar qué es realmente la maldad

Audaz y extravagante obra sobre el Tercer Reich que definitivamente no debería ser tan buena como ha resultado ser, sobre todo teniendo en cuenta que narra la historia de un chico cuyo mejor amigo es Hitler. 

El humor es tan audaz y su profundidad psicológica es tan sorprendente que es difícil no acabar decepcionado cuando el final intenta agradar al espectador. 

Lo que le da a la película ese toque 'especial', lo que hace de ella una especie de 'Moonrise Kingdom' con esvásticas y bromas sobre pastores alemanes, es que carece del coraje de su propia convencionalidad. 

No gustará a todo el mundo (...) Su lado caricaturesco, aunque es entretenido por fuera, no encaja bien con su desarrollo ni con sus temas más profundos 

Un encantador revoltijo de buenas intenciones (...) El toque ligero del director nunca encaja con la naturaleza de su escenario 

Waititi comprende perfectamente el poder de la comedia y del amor por encima del odio, y hace de ello una lección al alcance de todos en esta hilarante y dulce película. 

La sátira sobre la II Guerra Mundial de Waititi es a la vez un truco de magia y un acto de valentía (...) Sincera y dulce, esta comedia negra es un viaje hacia la madurez que trata de buscar esperanza en tiempos desesperados. 

En parte sátira nazi, en parte fábula infantil absurda, no carece de ambición o sinceridad en su propósito; lo que hace tan decepcionante que sea tan insuficiente 

Waititi es incapaz de lidiar con el horror que supone la opresión y el adoctrinamiento más allá del sentimentalismo barato y de la broma fácil

Acaba siendo una estupenda película para toda la familia, con todo lo que ello conlleva: sus virtudes populares y sus inevitables defectos melosos e intrascendentes 

La apuesta de Waititi resulta tan divertida como, sorprendentemente, hermosa. (...) propuesta que parece más radical de lo que en realidad es. (...) aspira a convertirse en una versión moderna de 'La vida es bella'. 

Es la clásica película efectiva que hace reír mucho y convierte al público en fan, especialmente si uno se encariña con los personajes (...) Cuando uno está dentro del disfrute de su efectivo humor y su ternura desarmante es imposible, casi, reflexionar. 

Una fábula sostenida por excelentes actuaciones, un asombroso despliegue visual, imponente momentos musicales y una combinación infalible de humor y corazón. 

Se trata de una comedia negra tan irresistible como incorrecta (...) Película cargada de incorrección política, momentos delirantes y un drama profundo que calará hondo en los espectadores. 

El film impacta por su incorrección política, pero pierde al volverse excesivamente melodramático. 

No se trata de que 'Jojo Rabbit' “no sea verosímil”. Waititi construye un verosímil que le arranca a lo real personajes y circunstancias delicadísimas, y lo retuerce tanto como quiere. (...) Este verosímil se implanta en medio de una gelatina histórica, dominada por la tontería. 

Destaca el gran trabajo de un niño actor, entonces de doce años, Roman Griffin Davis; el de Scarlett Johansson (la madre) y la niña Thomasin Mc Kenzie, sumados a una formidable inclusión de temas musicales. 

La naturaleza previsible y didáctica del filme retiene cualquier atisbo de lucidez propio de clásicos en la materia como 'Ser o no ser' o 'El gran dictador', películas clave que eludieron la pedagogía y el reduccionismo. Esto no impide que el filme tenga algunos gags divertidos. 

La película de Waititi, además de ser sumamente divertida, triunfa al brindar una dimensión humana a su relato, hace que nos compenetremos con Jojo y su descubrimiento de un mundo sesgado por las mentiras y los prejuicios. 

El ingenio que Waititi se ahorra en los chistes lo repone con creces al adaptar la cruel novela original en (...) en una historia tierna, conmovedora, que prepara desde el inicio (sin darnos cuenta) entre niñerías y mofas, su desgarradora lección final. 

Las buenas sátiras requieren un trazo fino, el cual está ausente de la cinta de Taika Waititi: su representación de Hitler resulta tan ñoña y bufonesca que se siente como una falsa provocación. 

La irreverencia absurdista puede (...) pagarse el lujo de lujos de la ambigüedad total y la incorrección política que bordean la abyección.