Críticas de la prensa de LA CHISPA DE LA VIDA

Mota depara momentos notables en esta tragicomedia devorada a veces por la desmesura que caracteriza al autor (...) Pero De la Iglesia recrea elementos que definen muy bien esta sociedad actual

No sé si es el tono, el planteamiento, la estética –la más fea y anodina de su filmografía– o directamente la historia, pero hay algo que hace que el genio del director no carbure

Otro paso en falso de un cineasta con talento y destreza narrativa, pero que desde hace bastante tiempo viene en picada.

Irregular pero interesante (...) cuando no se fuerza la comedia negra, ya presente en la mayoría de las situaciones, a través de actuaciones pasadas de rosca o chistes poco sutiles, la película encuentra sus mejores momentos 

Mucho grito, poco cine. (...) una imagen de la realidad donde los malos son malísimos y perfectamente contaminados por el dinero, y los buenos, solemnemente buenos. 

La falta de sutileza y la vulgaridad con que nos llega la denuncia de la película invalida su eficacia. Como 'Balada…' (...) es una película enfadada. También es ferozmente desagradable, (...) igual de misántropa 

Lo mejor es su puesta en escena (...) Un escenario que, puro cine de Álex de la Iglesia, se llena de anarquía, revolución, cámaras, intriga enfermiza y brochazos de talento. Lástima que la sutileza no esté entre las industrias que gestiona bien este director 

Una película contenida y equilibrada, descarnada pero sensata (...) el bilbaíno demuestra que puede mantener intacto su sello, con un film abiertamente comercial y asequible 

En el primer tramo de esta comedia negrísima que va perdiendo sátira hasta quedarse en drama vocacionalmente feroz, De la Iglesia parece tantear registros inéditos en su carrera (...) pero no tarda en imponerse la exasperante brocha gorda 

[De la Iglesia] opta por alejarse un poco de la línea narrativa que lo ha caracterizado haciendo una película casi convencional pero bien contada. 

De la Iglesia entrega una de sus películas más circunspectas a la fecha, casi un alegato en contra de los males económicos que acechan a su país y a una parte de Europa. Lo cual, en este caso, no es algo positivo, sino todo lo contrario. 

Un relato lleno de humor, absurdo y esperanza de un director irregular que en su penúltima película logró dominar sus desbordes habituales. 

Llega a un nivel de berretada inesperado, porque la película está mal en cosas que uno da por sentado que el realizador puede hacer bien. 

Aunque las situaciones se presentan esquematizadas y sus protagonistas se dejan seducir por una que otra sobreactuación, a De la Iglesia no se le pueden negar las habilidades escénicas y narrativas capaces de convertir un suceso cualquiera en eje temático. 

Alex de la Iglesia mezcla su admiración por Billy Wilder y su idolatrado Berlanga en una comedia negrísima (...) con gags muy eficaces y todo el talento del gran director español.