Críticas de la prensa de LA LIBRERÍA

Maravillosa película (...) el hermoso trabajo de Coixet (...) produce momentos de cine acorazado de emoción (…) Hay que felicitar a Isabel Coixet por limar hasta casi la absoluta redondez esta película

Pulcra, meticulosa y también muy delicada adaptación (...) muy natural, nada impostada (...) un precioso homenaje a los libros, al deleite que provocan y al conocimiento que trasmiten.

Tersa, implacable y muy humana peripecia con libros y mujeres (...) Una película hermosa y vibrante, cargada de razón y también de esperanza.

Giros que recuerdan al estilo Wes Anderson (...) y aunque son recursos eficaces y estimables, señalan el indefinido estilo del cine de la catalana.

Isabel Coixet aporta un desapego interesante y poco sentimental a esta tragicomedia extraña de vida de provincias

Isabel Coixet juega con las definiciones que le damos a los afectos para transformarlos en una historia sencilla, honesta y sobre todo, llena de “males” que se irradian el corazón.

El resultado es un film irregular y algo obvio en su desarrollo, pero que gana algunos puntos cuando abraza el mismo idealismo literario que mueve a su protagonista.

Una crisis de identidad agotadora (...) El guion de Coixet está lejos de ser perfecto

Está adaptada y dirigida (...) con la misma elegancia y el mismo realismo psicológico que una sesión amateur de teatro artístico en Plutón

De libros y soledades. Esta película habla de esas sensaciones. Y lo hace con un lenguaje, unos matices, un tono y una capacidad de sugerencia que me conmueven. 

Su trasfondo subversivo, encarnado por las buenas actuaciones de Emily Mortimer y Bill Nighy, es lo que la hace verdaderamente interesante. 

Mortimer merece reconocimiento porque exuda elegancia y fortaleza (...) Un drama moribundo 

Una adaptación floja y frustrante (...) Todo desde los acentos hasta los rituales de la hora del té parece que no dan en el clavo (...) Una visión adorable y ambiciosa de un texto bien elegido 

Coixet mesura sus recursos con absoluta maestría sin dejar de usar en ningún momento la voz que la caracteriza. Gracias ha ello ha conseguido filmar su mejor película a la fecha. 

Tal vez la película peque de demasiadas buenas intenciones, pero sin duda emociona en buena ley cuando debe hacerlo. 

La directora catalana privilegió el cálculo por sobre el riesgo y terminó así construyendo una película tan atildada como previsible en la que más de una escena sufre con los gruesos subrayados de una banda sonora cuyas soluciones convencionales agotan. 

Es como una taza de té, confiable, tibia y siempre a mano. Más allá de algún lejano regusto amargo, si se echa un cubito de azúcar deja un sabor previsiblemente placentero. (...)un placer más conservador que transgresor. 

La cinta ofrece esos pequeños encantos que pueden hacer la diferencia. No desata entusiasmos, pero es capaz de llevarnos a un par de lugares en los que vale la pena estar. 

Esta es una gran película que filma con serenidad y pausa esos sentimientos inasibles e invisibles que deciden el rumbo, el destino y la suerte. 

Tiene su lirismo, su tono bajo, su buen hacer (...) Todo lo que correspondería llamar, en breve, un cuento infantil. 

La valentía femilibresca logra hacer de la visualidad pictórico-fílmica un ámbito libresco, con esos interiores verdosos y esos grisáceos paisajes marinos de nubes negras casi de novela gótica. 

Este drama frío y flemático, en el que parece que nunca nadie va a levantar la voz, luce un poco como una vajilla muy fina en la que no nos atrevemos a servir la comida de todos los días. 

Los destellos afiligranados de relato y fotografía no bastan para eliminar el sabor a rancio del conjunto. 

Una delicia, tan buena como la novela. Pero con un pequeño detalle, que se agradece: Isabel Coixet le mejoró un poquito el desenlace, para que todo el mundo pueda salir de la sala con una sonrisa más amplia.