Las antiguas maravillas del mundo siempre han albergado maldiciones que han perseguido a todos aquellos exploradores que han osado destapar sus secretos. Una de las más conocidas es la maldición del faraón, la cual se venga de todos los aventureros que profanen las tumbas sagradas de las pirámides. En 1699, un barco polaco que transportaba dos momias fue perseguido por visiones espectrales y tormentas inhumanas. En 1803, cuatro miembros de una expedición entraron en la pirámide de Jafra (Kefrén) y nunca salieron. Y en 1922, la tumba de Tutankamón fue abierta y se sucedieron una serie de muertes espeluznantes entre el equipo de excavación. Durante los siguientes 90 años, no se profanó ninguna tumba más. Hasta ahora. Un equipo de arqueólogos de Estados Unidos está a punto de descubrir algo con lo que no contaban: una pirámide perdida como ninguna otra en el desierto de Egipto. Cuando abren el cerrojo de los aterradores secretos que están allí enterrados, se dan cuenta de que no sólo están atrapados allí dentro, sino que están siendo perseguidos.
Gregory Levasseur hace todo lo que está en su mano para convertir a 'The Pyramid' en un chapucero desastre de cámara inepta, terribles interpretaciones y monstruos horteras
Levasseur planta y ejecuta los puntos álgidos de miedo con entusiasta y sofocante fruición (...) un ejercicio de horror egipcio agradablemente estúpido
En su debut como director, Grégory Levasseur toma el siempre interesante mundo de la mitología egipcia para filmar una típica cinta de terror en la que un reducido grupo de personajes se encuentran encerrados en un lugar en el que una fuerza desconocida les acosa. La realización mezcla el tan de moda 'metraje encontrado' con una narración más convencional aunque siempre sin salirse de los lugares comunes y sin acabar de aprovechar las posiblidades de sorpresa que podría arrojar una historia que transcurre en el interior de una pirámide egipcia. Demasiada oscuridad, demasiado movimiento de cámara (que acaba resultando mareante) y demasiado accidente sin explicación. Para colmo, un estupendo actor como Denis O’Hare resulta aquí completamente desaprovechado. Floja.