Críticas de la prensa de LA POSESIÓN DE MARY

No tiene un punto de partida muy original y el guion hace aguas cuando la tensión llega a su máximo voltaje, pero es un relato de horror bastante equilibrado en cuanto a los sustos-sorpresa se refiere

Da la impresión de carecer de un argumento propiamente dicho, por lo que se reduce a ofrecer una serie de escenas inconexas de terror

Una de sustos que puede hacer gracia justo por lo que tiene de previsible, verla sería algo así como tararear una canción de rock (gótico, por supuesto) un tanto sobada pero que todavía puede resultar gustosa

Goi se limita a explotar los efectos de sonido y los sustos fáciles para provocar el terror del espectador. (...) Oscuridad, giros bruscos de cámara, imágenes borrosas y cambios súbitos de volumen

Un barco que hace aguas pese a la competente dirección de Michael Goi y a un reparto (en el que figura Gary Oldman) bien preparado como para manejar material más inteligente y desafiante. 

La describen como terror, pero en realidad es una película de misterio. Porque se necesita el talento de Hercule Poirot para entender qué es lo que ha traído a actores de tal calidad a un material tan patético y repleto de clichés 

Mortimer hace todo lo que puede por mantener la película a flote pese a un guion que está muy por debajo de los personajes y de los sustos (...) Parece estar a la deriva en una obra con una buena puesta en escena pero poca cohesión. 

Oldman y Mortimer hacen, como siempre, un papel sobresaliente. Pero mientras que el veterano director de TV Michael Goi logra que todo luzca un buen aspecto, tiene muchos problemas a la hora de asustar con su guion. 

Gary Oldman y Emily Mortimer hacen lo que pueden para sostener una película tan mala 

Ni Gary Oldman ni Emily Mortimer consiguen que este extraño, apresurado y bastante chapuza derroche de lugares comunes flote lo más mínimo. (...) la película trata de barcos, fantasmas y un único naufragio: el de su director. 

Espanta pensar quién fue el poseído que vio en este churro una película profesional. 

Goi no logra trascender desde la puesta en escena el pobre argumento -plagado de giros entre absurdos y previsibles-, ni definir una atmósfera inquietante y opresiva. 

El camino elegido por la película para generar miedo [es] La búsqueda del impacto por el impacto, aspiración que va relegando a la creación de climas a un espacio menor en la lista de prioridades narrativas. 

Tiene sus momentos adecuadamente terroríficos y una excelente fotografía.