Max y Anna Mancini llevan 25 años casados y tienen dos hijos adolescentes. Los dos chicos, aunque son gemelos, son característicamente antípodas: Tina es rebelde y poco estudiosa; Nico es tranquilo, solitario y tiene la obsesión por los videojuegos. Hay una guerra constante entre padres e hijos, que alcanza su punto máximo el día del cumpleaños número 18 de los gemelos, cuando la fiesta en casa que les había concedido degenera. Max y Anna se dan cuenta de que no saben nada sobre esos dos adolescentes, se preguntan dónde se equivocaron y recuerdan con nostalgia los tiempos en que Tina y Nico eran adorables reyezuelos a quienes proteger. ¿Pero realmente recuerdan lo que pasó? Al final de esa velada desastrosa, Anna y Max tienen una segunda oportunidad de ver con claridad la relación con sus hijos e intentar, en la medida de lo posible, no repetir los mismos errores.
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