Críticas de la prensa de LAS ESTRELLAS DE CINE NO MUEREN EN LIVERPOOL

Hay una calidez y una ternura tremendas en esta dulce y triste historia de amor (...) Paul McGuigan encuentra el equilibrio entre lo emotivo y lo cómico (...) Hay mucha chispa entre Bell y Bening

Pero por encima de la estructura del filme, decisión que lo vuelve más enigmático, misterioso e interesante, los verdaderos diamantes son sus actores: Annette Bening como la legendaria Graham y Jamie Bell.

Una producción impecable que demuestra lo que se puede hacer, sin un presupuesto muy elevado, con una historia interesante, una puesta en escena cuidada y un reparto adecuado.

Lo primero que uno piensa al ver esta película es, ¿Dónde se había metido Annette Bening? (...) Nada se nos dice de su turbulenta vida anterior [de la de Grahame] y eso reduce el morbo, o el interés dramático, de la historia de amor

Quizás esa dulce mirada a un pasado feliz explique la falta de profundidad del filme y su carga melosa, pero es insuficiente para hacer justicia a Grahame (...) Insustancial recuerdo de una actriz alucinante

La reconstrucción de la fascinante historia de la actriz Gloria Grahame es el eje de una película que (...) termina convirtiendo casi en un telefilm con una apuesta llena de excesos y convencionalismos.

Lo mejor del filme reside en la composición que Bening hace de una de las actrices más singulares que dio el viejo Hollywood (...) es melancólico, pero le falta más substancia dramática.

La química entre los personajes es palpable (...) McGuigan nos da un verdadero regalo en la primera parte de la película, humanizando a una figura que muchos sólo han objetificado. 

[Bening] captura el espíritu de la complicada actriz con una sutileza y un estilo remarcables (...) Bell está absolutamente cautivador (...) Un drama romántico tierno y emotivo 

Annette Bening brilla (...) Es su acompañante, Jamie Bell, el que podría ser el arma secreta de la película (...) ¿Cómo te puedes resistir a un film que disfruta al ver a Bening y Bell bailando música disco juntos? 

[Una] visión noir superficial de 'My Week with Marilyn' (...) Poco a poco se va haciendo tan genérica que podría ser sobre cualquier persona (...) [Un] fracaso nada memorable 

Bell y Bening desarrollan una química apropiadamente emotiva que se transforma de manera intrigante según avanza la película. 

Actuaciones de primer nivel de los dos protagonistas y un buen reparto secundario 

McGuigan ha firmado la película más emotiva, delicada y compleja de su carrera (...) Con sus arriesgados y elegantes saltos temporales (...) una transparente declaración de principios en un trabajo donde el estilo sublima y no emborrona. 

Bening da aquí la, posiblemente, interpretación más compleja y matizada de su carrera (...) Bening y Bell hacen de 'Film stars don't die in Hollywood' una experiencia dolorosa, catártica y, ante todo, romántica. 

La primera línea tiene que ver con la superación de las inseguridades vinculadas a la diferencia de edad y de prestigio social, (...) La segunda línea es más bien de lacrimógena despedida, a lo Love Story (...) La actuación de Annette Bening es espectacular. 

Los mejores momentos (...) ocurren en el pasado, (...) de una artificialidad fantasiosa, (...) Pero en el “presente”, cuando el cáncer mete la cola, todo se transforma en un melodrama lacrimógeno que apenas disimula la intención de hacernos salir del cine moqueando. 

Annette Bening le regala una dignidad tan kitch y extravagante que, por momentos, trasciende la pantalla. (...) En su calidez y fragilidad, la interpretación de Annette Benning es tan consciente de esa necesidad de la vida que agita a su personaje como de la muerte que impregna a su mito. 

No es una película particularmente lograda (su temporalidad fracturada no ayuda, su historia de amor no termina de ser convincente y su guion nunca parece hacer pie) pero a la vez no deja de ser un producto digno, hecho con respeto. 

Una linda y conmovedora película biográfica. 

Es una buena película para disfrutar del trabajo, que huele a Oscar, de una gran actriz como Annette Bening. 

Historia de papeles invertidos, McGuigan la aborda con solvencia, hasta cierto punto, dejando sueltas situaciones sobre el fracaso en la tormentosa vida sentimental de Grahame. Fracaso que se transmite al filme mismo. 

En tiempos como los que vivimos, tal vez el cine no debiera tener una misión más importante que esta: hacernos creer de nuevo en el más puro amor. 

La cuidadosa estructuración del guión (...) es insuficiente en lo que hace a su profundidad dramática, suplantada por un mensaje moralizante. 

La actuación de Annette Bening como Grahame es extraordinaria, (...). Luego, el rubro que eleva el nivel es la impresionante fotografía de la polaca Urszula Pontikos.