Unos meses después de mayo del 68, Robert, licenciado en la Escuela Normal Superior y activista de extrema izquierda, decide conseguir un trabajo en Citroën como operario de línea. Como otros camaradas, quiere infiltrarse en la fábrica para reavivar el fuego revolucionario, pero la mayoría de los trabajadores ya no quiere oír hablar de política. Cuando Citroën decide devolver los Acuerdos Grenelle exigiendo a los trabajadores trabajar 3 horas extras por semana de forma gratuita, Robert y algunos otros ven la posibilidad de un movimiento social.
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