Brillantemente hecha, hermosa y conmovedora, en resumen, una película perfecta. Triste, sí, pero maravillosamente edificante con impecables actuaciones, dirección, escritura, diseño de producción, escenarios, cinematografía y partitura. Bill Nighy fue perfecto al igual que Aimee Lou Wood y todo el elenco. Me encantó y me conmovió profundamente. |