Esta película es un soplo de aire fresco, en serio. Ver cómo las madres y sus hijos conviven en la cárcel de Mendoza, celebrando, cocinando, y simplemente viviendo el día a día... es súper real. No hay prisa, no hay dramas forzados, solo la vida tal cual. A diferencia de otros documentales que te apuran o te subestiman, aquí los directores argentinos te dejan sentir el espacio y el tiempo. Súper emotiva y muy auténtica. |