Críticas de la prensa de LOS FANTASMAS DE ISMAËL

Desplechin dirige esta reunión de forma fascinante, y sus tres protagonistas la interpretan a la perfección (...) También hay frustración (...) [pero] es un precio que merece la pena pagar

A pesar de escenas espléndidas (...) cae en una excesiva autoindulgencia en su retrato del artista como hombre atormentado, al tiempo que marca un punto de saturación en la filmografía de Desplechin.

Ismael nos importa más bien poco, y menos aún Ivan, el personaje de Louis Garrel: ellas y su innegable encanto sostienen un filme en el que, tal vez, a Desplechin se le ha ido la mano

La primera media hora de 'Les fantômes d'Ismaël' se ubican entre lo mejor de la espléndida carrera de Arnaud Desplechin. La última media hora, entre lo peor de su filmografía. Así de desconcertante e irregular (pero nunca intrascendente) es.

A pesar de un elenco con clase, que incluye a Charlotte Gainsbourg y Mathieu Amalric junto a Cotillard, la película de Arnaud Desplechin que abre el festival de Cannes es un desconcertante caos

Desplechin desbarra un poco (...) en ese triángulo, habría una buena película, si no estuviera contada, aquí entra la histeria, de forma tan acelerada ni tan llena de bandazos, gritos y salidas de tono

Aqueja un problema esencial: no tiene ni idea de qué película quiere ser. El relato va oscilando entre el presente y el pasado (...) no solo no esconde la falta de lógica y de verdad emocional, sino que en última instancia la enfatiza.

Narración errática en el espacio y el tiempo (...) un drama muy pretencioso y largo que interrumpe la progresión de los dilemas emocionales de unos protagonistas contradictorios.

El guión es un tesoro de referencias a temas e incluso tipos de personajes de algunos de los grandes clásicos y películas de Desplechin (..) El uso del diálogo y el lenguaje cinematográfico es sofisticado (...) las interpretaciones son magníficas. 

Un retrato embrumado y prismático sobre un cineasta atormentado por su pasado (...) ¿Cuánto de este pseudo-selfie cinematográfico se basa en verdaderas experiencias? Es difícil de decir, e incluso más difícil de tragar. 

La película que abre el Festival de Cannes de 2017 es varias películas a la vez, algunas más exitosas que otras (...) Aún así, la película conserva un aire de elegancia. 

No iba a ser una gran película, pero es una manera elegante de abrir el 70º Festival de Cannes 

Las historias saltan en el tiempo pero tienen suspense e intriga en lugar de ser confusas 

Con su desbordante energía expresiva y sus avasalladoras ganas de juego, tiene mucho de irresistible Dragon Khan intelectual. (...) una lección magistral de control (...) película, tan libre como cultivada 

Una irregular, abrumadora, desmadejada e irrefutable (todo en uno) película con alma de laberinto (...) Desplechin, en definitiva, se ofrece en sacrificio tan desnudo y caótico como, hay que admitirlo, irrenunciable. 

Es una estupidez (...) una fatigosa y boba película de espionaje (...) Todo suena a disparate, pero en cursi, sin sentido del ridículo. 

Desplechin se pierde en un puzle narrativo a varias bandas (...) El resultado es excesivo y muchos se pierden, claro, pero los que hacen diana entran en el eje de coordenadas de lo mejor de su cine. 

Encandila y agota a partes iguales (...) Hay calidad, hay estrellas, la película puede resultar incluso apasionante, pero esperamos mucho más 

El cine de Arnaud Desplechin suele caracterizarse por el desborde, un poco porque sus películas tiene algo del patrón onírico de una pesadilla. 

Aunque Desplechin es un autor estimable, esta vez su proyecto no salió redondo. (...) Se le perdonaría a Desplechin el melodrama desaforado de ese tema, si no fuera porque intenta jugar con las rupturas de tono. 

Son dos películas en una (o cuatro) y eso un poco resiente el todo. Por momentos uno tiene la sensación que el filme dentro del filme (...) no termina de cuajar del todo con el resto y casi sobra, pero tiene en sí algunos elementos que lo hacen riquísimo de observar.