Críticas de la prensa de MAÑANA EMPIEZA TODO

Gélin bebe de la grandeza de 'La vida es bella'. Porque en esta historia, como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.

Como la original (...) Gélin solo tenía que conectar con la audiencia a partir de una historia que ya había probado su eficacia para enganchar al público. Y lo hace bien, aunque a secas.

Ahonda en la veta del humor amable y atina con algunos golpes, pero no remata la faena

Casi un calco, de la mexicana (...) que insiste en su esquema argumental (...) Todo para explotar el carisma del 'intocable' Omar Sy, eso sí, más creíble como seductor que el original.

Las partes cómicas (...) y en lo de tocar el lagrimal (...) tampoco hace que el remake sea mejor que su flojito precedente

Lo peor es el carácter burdo de una metáfora final que llega después de una vuelta de tuerca tan arbitraria como manipuladora.

El abuso de sentimentalismo fácil ofrece resultados más empalagosos que conmovedores

El primer acto de la película está lleno de mensajes mezclados que conducen a un tono inestable y fluctuante (...) la relación entre Gloria y Sam (...) es tan bonita como una largo anuncio de TV (...) aunque nunca lleguemos a conocerlos como personas. 

Está tan programada para el éxito masivo que poca mella le harán las voces que señalen su sistemático recurso al tópico 

Está plagado de recursos mil veces vistos (...) un guion lleno de agujeros, plagado de lugares comunes, decidido a manipular de la manera más básica las emociones de los espectadores. 

Drama francés estereotipado. 

Versión, más edulcorada, carece de los ingredientes que hicieron famosa a la original. (...) Tenía mucha tela de donde cortar sobre esta relación atípica entre este padre soltero y su hija, aunque termina siendo una comedia del montón. 

Sy, lleno de carisma, ayuda a navegar una historia inverosímil en muchas zonas, pero que cuaja en el melodrama evidente, (...) Emoción sin ambición, funciona y hay que entenderlo por lo que es: lágrimas fáciles. 

Si la comedia nunca funciona, la química que se intuye en algunos momentos que comparten padre e hija se diluye en secuencias de montaje con musiquita sensiblera que dan por tierra cualquier emoción creíble.