Críticas de la prensa de MATAR A JESÚS

Laura Mora Ortega dibuja un retrato áspero y crudo de la aflicción, la venganza, la pobreza sistémica y los inevitables ciclos de violencia

Un reflexivo retrato de la violencia cotidiana de Medellín articulado sobre una traumática experiencia personal

Carece de una puesta en escena sofisticada y a veces resulta fácil identificar que los actores no son profesionales, pero tiene una fuerza y una personalidad que ya querrían otras películas

La intensidad y la cruda energía que su cámara exhibe al transitar las calles de Medellín logran compensar buena parte de sus carencias

Aunque a la película le falta dominio de lo formal (...) logra mantener de principio a fin la tensión inherente al relato.

Sincera pero indecisa (...) Su mensaje humanista agradará a la audiencia de edad universitaria y a aquellos interesados en los asuntos sociales de Latinoamérica (...) El enfoque de Mora no es lo suficientemente atrevido 

Valiosa pero defectuosa (...) Desarrollándose con una amargura controlada, 'Jesus' tiene una intensidad y una crudeza que compensan de sobra sus defectos. 

Tensa, incómoda y guiada por una energía chispeante (...) El explosivo clímax deja a los espectadores impresionados 

Narrativa de thriller clásico de infiltración, pero con modos de cine de guerrilla, intérpretes no profesionales y rotunda verosimilitud ambiental. 

Una película poderosa, valiente, que se juega por una estética totalmente apartada de lo televisivo, realizada con inteligencia y creatividad. 

Es fácil que ‘Matar a Jesús’ se vea como un filme en la línea de aquellos realizados por Víctor Gaviria. Y aunque la película de Laura Mora hace del sicario y sus actos el 'leitmotiv' de su narración, la perspectiva que utiliza es humanista. 

Sostenida en un sobresaliente trabajo con actores naturales, esta película da una pincelada más a ese gran fresco que el cine de directores paisas han estado haciendo sobre Medellín, un gran relato que coincide en sus elementos esenciales. 

Una película intensa, impactante, conmovedora y muy bien narrada. 

Lo mejor es la mezcla de ficción y realidad que confluyen, y la elocuencia conseguida en algunas escenas. 

Bella y climática como es, la película de la directora colombiana puede resultar una experiencia menos intensa que lo deseable, producto del distanciamiento que le impone al tema de la venganza. 

Mucha fuerza, pintura realista, buen suspenso y buenos intérpretes.