Críticas de la prensa de ME CASÉ CON UN BOLUDO

Bertuccelli y Suar funcionan muy bien juntos, la trama tiene momentos donde el humor es irresistible y el conjunto no desentona dentro de la comedia romántica con toques de grotesco.

Una comedia amable que en ningún caso aspira a hacer catas de profundidad en el alma humana, lo cual agradecerá el espectador que vaya buscando precisamente eso

Bertuccelli brilla en esta comedia, un tanto patosa y caprichosa, hecha a medida para el público argentino

Un divertimento light, irregular y racheado. Vodevil a medio gas y demasiado histrionismo, aunque Bertuccelli se gana la “plata”.

Que una grande [Bertuccelli] desbarre así es la mayor prueba de las prisas y descosidos que muestra este desnortado invento

Agota su fuego en la contundencia de su título. La gran lástima es que aquí había madera para una comedia soberbia (...) Los apuntes -y los actores- están ahí, pero frustrados, malogrados 

El resultado es desparejo, no siempre convincente, pero con un profesionalismo técnico, narrativo y actoral, y ciertos momentos de humor absurdo y hasta de lograda sensibilidad y emoción que finalmente terminan rescatándola de sus sucesivas recaídas. 

Comedia romántica con más amor que carcajadas, Suar y Bertuccelli están en su salsa. 

La película abandona el cine para ponerse a dialogar con la industria del chimento, (...) y lo hace sin necesidad, como si desconfiara de sus propios méritos. Porque más allá de estos dos momentos y de su título, (...) representa un aporte válido al amplio abanico del cine argentino. 

No busquen los planos elaborados, ni los mensajes subliminales, ni la moraleja, ni la crítica social, el filme es un producto de entretenimiento que va directo al grano. Sin sutilezas pero con enorme respeto por el espectador. No es poca cosa. 

La película entra en una escalada de manipulaciones y fingimientos que derivan en una reflexión acerca de la dimensión actoral de las relaciones de pareja. Y en ese empeño se alarga y se extravía. Una pena. 

Una fórmula eficaz. (...) No es una película perfecta pero el guión es sensato (aunque tiene alguna caída), la historia está buena y el nivel es de primer mundo. 

Como en toda obra endeble e irregular, las cosas se desmoronan en el tercer acto (...) no llega a ser una película enteramente mala. Hay una serie de parlamentos (...) que son como pequeños destellos de luz 

He aquí la feliz demostración de cómo hacer una comedia romántica nacional mejor que las americanas.