Visualmente, la película es interesante; usa la niebla y el paisaje de los cerros orientales de Bogotá como un personaje más, creando una atmósfera pesada y de abismo inminente. El mensaje central sobre las oportunidades inexistentes para los jóvenes que sueñan con el arte, pero son arrastrados por la violencia, es muy fuerte. Es una película corta y directa (solo 77 minutos), lo que se agradece, aunque el ritmo podría haber sido más ágil en la mitad. Un buen ejemplo de cine colombiano hecho desde el barrio para el barrio. |