Críticas de la prensa de PETER Y EL DRAGÓN

David Lowery logra un filme tan noble como la versión original de Disney de 1977, pero el universo simbólico del filme es el Steve Spielberg de 'ET', el que revive un cierto clasicismo para niños.

Una película que remite al mejor cine de aventuras y fantasías de Steven Spielberg.

Esta es la historia de un huérfano cuyo amigo es un dragón oculto en un bosque con la sensibilidad necesaria para que creamos en ella.

Resulta del todo predecible (...) Pero posee una calidez y una ternura ineludibles, y derrocha honestidad

Competentemente filmada y narrada, no va más allá sin embargo del producto de ocio no apto para mayores de diez años. Tampoco se le pedía más: tiene suficiente con haber superado a su modelo del 77

Una nueva versión cálida, melancólica, y totalmente maravillosa de un musical de Disney de 1977 del que los niños de hoy nunca han oído hablar y que los niños de ayer ya han olvidado hace mucho tiempo. 

La comodidad de David Lowery con los actores y el control del tono hacen de 'Pete’s Dragon' uno de los mejores remakes de los últimos años. 

'Pete’s Dragon' muestra un indiscutible aire anticuado, incluso una apariencia ligeramente pasada de moda, pero incluso cuando esa aura resulta un poco forzada, el tratamiento cariñoso de Lowery da a la película un encanto agradable a pequeña escala. 

Una de las sorpresas más agradables de la cartelera de este año, una película familiar de calidad que recompensa la imaginación de los jóvenes y nos recuerda a aquellos tiempos en los que el término 'película de Disney' significaba algo. 

Un 'reboot' desalentadoramente flojo (...) Dejando de lado la trama desordenada y el pobre desarrollo de personajes, ninguna de las apuestas emocionales han sido plantadas con la suficiente profundidad como para hacer que el público se preocupe por la situación del joven Pete. 

Estupenda desde el punto de vista técnico e inteligente en lo emocional (...) [Una] entrañable chuchería de película que contiene un gran corazón latiendo en su interior. 

'Pete's Dragon' es una excelente entrada en el catálogo de remakes de acción real de Disney. 

Lo que más sorprende en la nueva adaptación de la historia es que no puede ser más distinta en el tono a la original (...) carece casi por completo de sentido del humor. (...) Técnicamente irreprochable, pero acaso demasiado solemne. 

La nueva versión combina acción en vivo con animación tradicional, representa una apuesta artística de riesgo y se propone como una fábula tradicional, que toma sensible distancia del vértigo vacuo del cine industrial actual. 

Sorprende con un estilo clásico y una historia de cuento de hadas, muy simple, con mucha fantasía, pero con el acento puesto en los sentimientos humanos. 

La trama de la película es simple e ideal para niños pequeños. Como gran parte de las películas de Disney, viene con moraleja, (...) Pero más allá de las comparaciones [con la versión anterior], nadie dejará de tener ganas de abrazar a este nuevo Elliot. 

El filme luce contundente en todos sus apartados técnicos: (...) Es esta una experiencia fílmica para vivir en familia y creer en la magia y los cuentos de hadas. 

Buen filme con una fuerza sencilla, pero una construcción y montaje que denotan cuidado y amor por el material que trata. 

Termina funcionando y ganándose la venia del espectador, quien jamás recordará esta película, pero que sí vivirá una pequeña aventura esperanzadora, cálida y pensada para la familia. 

Tiene el sabor de las palabras clásicas de “érase una vez”, una bella ilusión con escenarios filmados en Nueva Zelanda, un ejemplo de amistad imperecedera que se siente como un abrazo en momentos difíciles y una buena opción de película familiar. 

'Pete’s Dragon' es convencional, pero nunca plana. (...) 'Pete’s Dragon' se ve y se toca, como si fuera una proyección y una visita a un museo para niños donde rozamos distintas superficies, objetos y temperaturas. 

Con una escritura visual tersa y clásica, que aplica en igual medida planos abiertos que abrazan el paisaje natural como planos cerrados centrados en el rostro del niño y del dragón, el filme es un acierto. 

Es una pieza de fantasía consistente, que sin dejar de ser al mismo tiempo una poco arriesgada, pero efectiva ilustración que apuesta por la tecnología como principal atractivo, resulta un vehículo de entretenimiento con alma. 

Es un disfrute para los sentidos y la imaginación, y una muy buena opción para entretener a los niños sin sacrificio personal. 

Si bien no sorprende con nada nuevo u original, su fidelidad a hacer un cine lo-fi en estos tiempos de puro impacto sensorial. 

Este es uno de esos rarísimos casos en los que una remake no sólo tiene sentido dada su aproximación totalmente distinta a la misma historia, sino que además supera ampliamente al original.